Hola chicas!!!! ¿Cómo están? Espero que todo bien! Tengan buen día y ya mañana nos leemos en condiciones jajajja Besos!!!
Ari: Déjame cuando es tu cumple y por supuesto que el capítulo irá dedicado a tí!!!!! ;) y si es hoy, avísame que a lo noche subo otro!!!
Twitter: @Caparatodos
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—Paga
la apuesta primero —le exigió estirando la mano.
—Antes
consigue la cita. Algo que no vas a poder hacer.
Capítulo 23:
—No,
éstos son por la rubia, que no ha venido a buscarte a los cinco minutos —le
aclaró Peter y Agustín suspiró y sacó la billetera.
Lali
estaba mirando a Victorio, haciendo caso omiso a Peter, cuando María cogió una
silla para sentarse a su derecha.
—Y,
¿qué nos cuentas de Ana? —preguntó pasándole un ron con Coca—cola light.
—La
llamé hoy —contestó cogiendo su trago—. Le he preguntado si todo iba bien con
Salida, quiero decir, con Susana, y me ha dicho que sí, que está saliendo con
un chico muy lindo y que no tiene ningún problema con la boda. Y Calentona...,
Karina habló con Susana y le ha asegurado a Ana que no pasa nada.
—¿Se
está engañando a sí misma? —preguntó María al tiempo que alguien ponía una
silla a la izquierda de Lali.
—¿Quién?
¿Salida, Calentona o Ana? —preguntó Lali.
—Las
tres —dijo María.
—Creo
que Salida tiene mucho valor, Calentona va de matona y Ana se engaña a sí misma
—explicó Lali girándose para mirar quién se había sentado a su lado—. ¡Ah!
—exclamó al darse cuenta de que era Peter y que dejaba dos vasos frente a él.
Estaba tan guapo como hacía dos noches y sus hormonas se revolucionaban otra
vez.
—Hola,
jovencita —la saludó tirando de la capucha de su sweater.
María
resopló y se giró para hablar con Candela por el otro lado.
—Buenísimo.
Eres la primera persona que ha hecho un chiste sobre Caperucita Roja esta
noche. No me volveré a poner esto en la vida.
—Rechazo...
Creo que ya lo he sentido antes. ¿Qué tal la cabeza?
—El
dolor va y viene. También oigo voces.
—Fantástico,
así tendrás alguien con quien hablar. ¿Quiénes son Salida, Calentona y Ana y
por qué tienen unos nombres tan horribles?
—Nadie
que te interese —le cortó Lali cogiendo su vaso—. ¿Para qué viniste?
—Deja
que adivine —le pidió Peter con sorna—. Eso es ron con Coca—cola light. El
desayuno de los que están a dieta.
—¿No
tienes otro sitio donde ir?
—No.
El destino me ha traído aquí para enseñarte a tomar con dignidad —dijo alejando
el vaso y poniéndole delante uno de los que había traído—. Whisky, tómatelo
despacito.
—¿Esto
es lo que entiendes por seducción? —preguntó frunciendo el ceño.
—No,
no quiero caerte bien. Estoy intentando ayudarte a madurar. Las mujeres de
verdad no estropean una buena bebida con gaseosa light.
—Es
por la presión. Siempre pasa lo mismo.
—Toma
un sorbo. Si no te gusta, te devolveré esta porquería.
—Dale
—aceptó Lali encogiéndose de hombros. Tomó un trago y tosió cuando sintió el
whisky en la garganta.
—He
dicho un sorbo, Espósito. Se supone que lo tienes que saborear, no tragarlo.
—Gracias,
ya te puedes ir —dijo cuando recuperó el habla.
—No
puedo —dijo acercándose más a Lali y ésta empezó a sentir mucho calor—. Voy a
proponerte un trato —Lali volvió a agarrar el whisky y tomó un sorbo, de esa
forma sabía bien—. Quiero saber más cosas de Candela —dijo tan cerca de ella
que prácticamente le susurró al oído.
Sintió
su cálido aliento en el cuello y pestañeó.
—¿Candela?
Creía que el que quería salir con ella era Victorio.
—Sí,
por eso quiero saber más cosas de ella. Victorio no es... —empezó a decir
mirando hacia el otro lado de la mesa— muy hábil con las mujeres. Quiero que me
hables de tu amiga.
—Bueno
—aceptó, dispuesta a darle a Candela unas notas excelentes.
—Aquí
no —le pidió Peter, que seguía muy cerca de ella—. Pueden escucharnos. Nos
vemos mañana para comer. ¿Te parece si nos encontramos en La Biela?
—Puede
ser… aunque no sé si esté dentro de mi presupuesto comer ahí.
—Si
no podemos hacer un picnic por los bosques. Nos vemos mañana a las doce.
—¿Por
qué tengo la sensación de que necesitamos una contraseña? Yo diré «creído» y tú
contestarás «pesada».
—¿Quieres
saber cosas de Victorio o no?
Lali
miró a Candela. Una persona que no la conociera pensaría que mostraba
indiferencia, pero ella la conocía bien y sabía que estaba entusiasmada.
—Sí.
—Genial.
Déjame ver tus zapatos.
—¿Qué?
—preguntó mientras Peter se agachaba para mirárselos por debajo de la mesa.
Estiró el pie y le mostró unas sandalias abiertas de taco alto, sujetes al
empeine con tiras de cuero negro que contrastaban con su piel y el color rojo
de sus uñas—. María los llama dedos sometidos.
—¿Sí?
—preguntó Peter sin moverse, estudiando los dedos un buen rato—. Bueno, me han
alegrado la tarde. Te veo mañana a las doce —se despidió haciendo su silla
hacia atrás y llevándose con él su whisky y el vaso de ron con Coca—cola light.
—No
escuché lo último. ¿Qué te pidió? —preguntó María.
—Que
coma con él mañana —contestó no muy segura de lo que sentía. Si le volvía a
susurrar otra vez en la oreja le daría una bofetada, eso era todo.
—¿Dónde?
—En
La Biela.
—¡Ay!
Me encanta ese sitio.
—A
las doce.
—¡Agustín!
—llamó María alzando la voz.
Lali
levantó la mirada y lo vio en la barra en forma de ruleta dándole a Peter un
billete de cien.
—¡No
lo puedo creer! —exclamó muy enojada. El hijo de su madre había apostado que la
llevaba a comer y ella había caído.
Agustín
miró en su dirección y María le hizo un gesto con el dedo.
—No
soy del tipo de gente a la que se puede hacer ese gesto.
—Tú
y yo vamos a comer mañana en La Biela —ordenó María.
—Está
bien, pero que sepas que acepto porque entreno por ahí.
—Muy
bien. Ya puedes irte.
Agustín
meneó la cabeza y volvió a la barra.
—Bueno,
al menos es obediente.
—No
te hagas ilusiones porque me dijo que sí.
—Es
sólo una comida. A plena luz del día. En un lugar público.
—Dijiste
que no ibas a volver a verlo y te convenció para que coman juntos.
—Tengo
una buena razón —dijo lanzando una implacable mirada hacia la barra. Peter
seguía allí, pero también la chica del miércoles, que se le acercaba con un top
azul sin mangas ni espalda. No le sorprendía en lo absoluto. ¡Idiota!—. No me pasará
nada, créeme, sé a qué juega —aseguró sin dejar de mirar. Parecía que Peter se
alejaba de la chica y se hacía el duro, ¡tarado!
—Bueno,
iré a cubrirte las espaldas de todas formas. Y si las cosas se ponen feas, Juan
Pedro se verá privado de uno de sus miembros vitales.
—¡Ah,
bueno! parece que no te cae nada bien.
—Estoy
segura de que apostó con Agustín que conseguía llevarte a comer.
—Yo
también.
—Mira
a ver si puedes hacerle algo horrible mañana.
—Ya
lo estoy pensando.
Continuará…
Me encanta! Están locas de remate!
ResponderEliminaryo que LAli lo dejo plantado ajjaaja
ResponderEliminar++++
@x_ferreyra7
maaaaaaaaaaaaaaaaaaaas...
ResponderEliminarvenganza de Lali... =D
jajajajja
Massss novelaaaaaaassssss
ResponderEliminarTanta apuesta me tiene nerviosa!!!!! quiero maaaaas
ResponderEliminarYo quiero que Lali agarre y le tire un plato de comida encima a peter por IDIOTA! yo lo haria!
ResponderEliminarBesos! ame este cap, vamos mel!! estoy con vos con eso de quitarle un miembro genital!
Me tiene un poquito harta tanta apuesta. . .a ver sí empieza ya la acción Jajaja. . .estoy deseando ver loquitos a uno por el otro Jajaja aunque creo que Peter una pequeña venganza se merece Jijiji
ResponderEliminarOtra apuesta más.. de verdad ha gente así??... De verdad que el cachetón tiene tremendos problemas de inseguridad y auto estima, la gente segura de sí misma no tiene la necesidad de reafirmar constantemente sus virtudes.
ResponderEliminarQuiero más!
Lore
...*hay gente así??.
EliminarLore
hay amo esta nove!! quiero mas!!
ResponderEliminarOtrooooo :D
ResponderEliminarMaas nove
ResponderEliminarOtra apuesta,lo bueno es k Lali siempre lo pilla.
ResponderEliminarJajajajajajaja,María incitandola a la venganza.
Peter fetichista,los zapatos,sale enamorado d los dedos d sus pies.
peter es un poquito tarado o practica??
ResponderEliminartantas apuestas va a hacer???
ayer 5 de agosto fue mi cumple :D
besos
No me copan tantas apuestas!!! me gusto el capítulo!!
ResponderEliminarEspero el proximo!