Hola!!!! ¿Qué tal arrancaron la semana? Ojalá que con actitud positiva y con ganas de comerse el mundo ;) Si no a ponerle onda para que la semana pase lo mejor posible! Gracias por leer!!!! Besos y hasta mañana!
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@Caparatodos
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—¡Qué
bombón! —comentó su ayudante desde la puerta oliendo el aire—. ¡Guau! ¿Eso es
su perfume?
—Sí
—contestó Benjamín descolgando el teléfono—. Es azufre. No la vuelvas a dejar
entrar.
Capítulo 39:
A
las ocho de esa misma noche, María estaba con Agustín y Victorio en Azaroso
esperando a que Lali y Candela salieran del baño, cuando Agustín exclamó: —¡Oh
oh!
—¿Qué
pasa? —preguntó Victorio siguiendo su mirada—. Está al otro lado del local.
—¿Quién?
—preguntó María entrecerrando los ojos por la tenue luz. En la barra había una
mujer. Parecía rica, esbelta y aburrida de lo que le decía el tipo que tenía al
lado—. ¿Una antigua novia?
—No
—dijo Agustín cuando Candela volvió del baño—. No salgo con locas. Bueno, al
menos hasta conocerte a ti.
—¿Tú
salías con locas? —le preguntó Candela a Victorio con evidente interés.
—No,
ese era Peter, no yo —contestó y casi se cae de la silla—. Yo no salía casi
nunca.
—No
te preocupes, amor —dijo Candela dándole un golpecito en la rodilla—. Tienes
permiso para salir.
—No
quiero hacerlo —aseguró Victorio y Agustín puso los ojos en blanco.
—Así
que ésa es la ex novia de Peter —dijo María levantándose—. Ahora vuelvo.
—Un
momento —le pidió Agustín cogiéndola del brazo—. ¿Por qué te interesa la vida
amorosa de Peter?
—Porque
está saliendo con mi mejor amiga —contestó intentando que pareciera un
cometario inocente—. Tengo curiosidad.
—Lo
que quería decir era que no quiero salir con nadie excepto contigo —aclaró
Victorio.
—Normalmente
no espero que en una tercera cita se sea monógamo —le dijo Candela.
—Ok,
pero de todas formas lo seré.
—¿Voy
a tener que encadenarte? —le preguntó Agustín a María. Descartó esa posibilidad
enseguida y meneó la cabeza—. Olvida las cadenas. Mantente alejada de Melisa.
Tiene mucha psicología en el cerebro, seguramente porque es psicóloga, pero aun
así, siempre sale con alguna locura.
—¿Como
analizarte a ti? —dijo María mirando hacia el otro lado de la barra.
—Lo
de no salir con otras personas es sólo respecto a mí —le comentó Victorio a
Candela—. Tú no tienes que salir sólo conmigo, a menos que lo quieras así.
—No,
tiene una descabellada teoría sobre los cuatro pasos del amor, que cree explica
todo tipo de relaciones —le aclaró Agustín.
—¡Ah!
—exclamó María sorprendida.
—Lo
que no deja de ser una tontería, porque lo que realmente explica las relaciones
es la teoría del caos —concluyó Agustín.
—¿Qué?
—preguntó María intentando soltarse de su agarre.
—Que
las relaciones humanas, al igual que el tiempo, no pueden predecirse —le
explicó Agustín sin soltarla, y María se sentó para aflojar la presión en su
brazo—. Por ejemplo, Lali y Peter. Peter es un sistema dinámico complejo que
intenta mantener su estabilidad no teniendo citas.
—¿No
sale?
—No.
Es difícil de creer, ¿no? Eso lo hace inestable. El celibato no es bueno para
el hombre. Entonces conoce a Lali, una perturbación en su entorno. Comienza a
moverse de forma aleatoria debido a esa per-turbación e intenta estabilizarse,
pero cae dentro del campo de su atracción y comienza a rebotar al azar en las
paredes de ese campo, cautivo de las pautas que le marca Lali. Ella es el
extraño atractor.
—¡Aja!
¿Y de qué sirve todo eso?
—Melisa
cree que las relaciones siguen una pauta y pueden predecirse. Pero, ¿cómo? La
gente es compleja, las perturbaciones en su vida son complejas, así como los
atractores también lo son. La gente enamorada es pura teoría del caos.
—Ok
—aceptó María todavía confusa.
—Por
eso está loca —aseguró Agustín soltándola—. Porque cree que el amor puede
analizarse y explicarse. Yo no lo veo así.
María
se recostó y meditó unos segundos sobre lo que había dicho Agustín. Ya no le
parecía un tonto, y no por lo que fuera aquella teoría del caos, sino porque
creía en lo que decía. Cuando se lo proponía podía ser inteligente.
—¿Qué?—le
preguntó Agustín.
—¿Has
estado enamorado alguna vez?
—No,
y no creo que vaya a hacerlo. Provocaría demasiadas perturbaciones en mi
entorno.
—Entonces,
¿por qué no te cae bien Melisa?
—Porque
intentó atrapar a Peter. Lo analizó y pensó que lo conocía. Él se merece algo
mejor. Debería estar con alguien dispuesto a enfrentarse a la teoría del caos.
Sin reglas, sin condiciones, sin teorías, sin redes de seguridad. De la forma
en que Candela está con Victorio.
—Tienes
razón, es lo que nos merecemos todos —aseguró mirando a Candela, que se estaba
riendo con Victorio.
—Genial,
ya no tienes por qué hablar con Melisa.
Victorio
dijo algo, Agustín se giró para contestarle y María se fue a hablar con Melisa.
—Hola,
me llamo María —saludó sentándose a su lado. Melisa no podía creer lo que veía.
—Hola
—contestó sorprendida, casi como si la hubiera reconocido—. Yo soy Melisa. ¿Nos
conocemos?
—No,
pero tu ex está saliendo con una amiga mía, Cuéntame todo lo que sepas de Juan
Pedro Lanzani.
Quince
minutos más tarde, María se recostó y pensó; «Teoría del caos... ¡Y una mierda!
Juan Pedro Lanzani es el que establece las pautas».
—Lo
sabía —le confesó a Melisa—. Sabía que le iba a romper el corazón. ¿Cuántas
veces lo ha hecho?
—Estuve
en una fiesta la noche siguiente a nuestra ruptura y estuve hablando con una
mujer que también había salido con él. En ese momento se nos unió alguien más.
Al final de la noche éramos cuatro mujeres con la misma historia. Un par de
meses, la vida es bella, crees que él es el que tanto has esperado y, de buenas
a primeras te besa, te dice «Que seas feliz», y desaparece,
—No
puede ser. ¿Y nadie le ha dado su merecido?
—No
se puede. ¿Qué le vas a decir? Hemos estado saliendo dos meses, ¿cómo te
atreves a dejarme? Parecería que estás loca. Lo hace a propósito —añadió Melisa
por milésima vez.
—Me
da igual. Lo que no quiero es que le haga daño a mi amiga.
—Puede
que lo suyo no vaya en serio. ¿Tienen algo en común?
—No
que yo sepa.
—¿Están
relajados cuando están juntos?
—No,
normalmente se pelean.
—¿Comparten
secretos o chistes entre ellos?
—No
se conocen tanto.
—¿Te
gusta? —le preguntó pasando el dedo por el borde del vaso—. Es decir, ¿le has
dicho a Lali que no es un buen partido?
—Pues
claro. Candela y yo ya le hemos advertido.
—Mmm.
¿Le ha puesto ya un apodo?
—¿Un
apodo? —repitió María intentando recordar—. A veces la llama por su apellido,
pero nada como «linda» o «nena».
—¿Y
ella?
—Lo
llama idiota, pero no creo que sea cariñoso.
—¿Entonces
por qué sale con él? —preguntó riéndose del apodo.
—No
estoy segura de que lo haga. Pero creo que lo hará. Me temo que se está
enamorando de él sin querer —Melisa dejó de reírse—. Y lo que más me preocupa
es que es una persona maravillosa, no se merece que se rían de ella. ¿Puedes
darme alguna pista sobre el modus operandi de Peter?
—Claro.
¿Le regaló algo?
—Hace
sólo una semana que se conocen. No creo... —dejó de hablar cuando Melisa meneó
la cabeza.
—Si
va en serio con ella le regalará algo. Se enterará de qué es lo que más le
gusta y se asegurará de que lo consigue. Va a hacerlo, es la pauta que sigue
por culpa de su madre.
—¿Su
madre?
—Le
da cariño con cuentagotas. Peter sólo conoce el amor con condiciones. Así que
sigue la misma pauta con todas las mujeres que conoce para ganar su amor. Y
cuando lo consigue, la pauta se quiebra porque si ella lo ama, no puede ser una
sustituta de su madre, así que sigue su camino, hasta lograr que alguien lo ame
de nuevo.
—¿Tiene
complejo de Edipo? —preguntó María horrorizada.
—No,
su madre estableció la pauta, pero no está enamorado de ella.
—Lo
que significa que cuanto más lo rechace Lali...
—Más
la perseguirá —sentenció Melisa sin rastro de alegría en su tono de voz—. No
puede evitarlo. Ni si quiera sabe que lo hace. ¿Colecciona algo?
—Bolas
de nieve —dijo María, y cuando Melisa intentó disimular su desdén, añadió—: No
lo hace exactamente. Fue una cosa familiar que se fue de las manos.
—Le
comprará una. Y será la mejor, la que le ha estado faltando por mucho tiempo o
siempre ha querido tener o ni siquiera sabía que la quería hasta que él se la
dé. Cuando lo haga, sácala rápidamente de ahí o no podrás hacer otra cosa más
que llorar.
—Bola
de nieve —repitió María mirando la mesa en la que Peter se había unido al grupo
después de trabajar hasta tarde.
—No
es mala persona. Nunca le haría daño a nadie a propósito: Simplemente tiene
esa...
—Patología
que lo lleva a destrozar a las mujeres por culpa de su madre.
—Nunca
le hará daño físico —aseguró Melisa sorprendida.
—Ni
tampoco se lo va a hacer emocionalmente. Muchas gracias. Te estoy muy
agradecida.
—Ha
sido un placer —dijo Melisa y María pensó: «¿Un placer?». Debió poner una cara
extraña porque Melisa añadió—: Ayudarte. Echarle una mano a tu amiga. No quiero
que le haga daño.
—Yo
tampoco —confesó María antes de dirigirse hacia sus amigos.
—No
puedo creerlo —le estaba diciendo Agustín a Lali cuando María se unió de nuevo
a ellos.
—Créetelo.
Hay formas de saberlo —dijo Lali.
—¿Qué?
—preguntó María sentándose al lado de Agustín, pero sin dejar de mirar a Peter.
—Si
merece la pena salir con un chico. Estábamos hablando de las viejas pruebas
para ligar que hacíamos en la universidad—le explicó Lali.
—Pruebas
—repitió Peter tirando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos—. Las odio.
—¿Como
cuáles?—le preguntó Agustín a María.
—Como
invitarlo a ver un vídeo en casa.
—Eso
está bien. Me encantan los vídeos —comentó Agustín.
—Y
le pones Un gran amor —intervino Candela.
—Esa
película es para mujeres —dijo Agustín.
—Has
jalado la prueba antes de comenzarla—dijo María.
—Entonces
esperas hasta la escena en que John Cusack limpia los vidrios al paso de Ione
Skye.
María
se fijó en cómo le sonreía Peter a Lali y cómo ésta meneaba la cabeza. «Tienen
secretos», pensó y se enderezó en la silla.
—¿Y
entonces qué? —preguntó Agustín.
—Y
si dice —Candela puso voz profunda—, «¡Que rayos! Tiene zapatos puestos, ¿no?»,
perdiste.
—Los
tenía —corroboró Agustín exasperado
—Pero
eran con la punta abierta —le recordó Victorio.
—Puntos
extra para ti por haberte fijado en ese detalle —le otorgó Candela.
—Genial,
un fetichista de los zapatos tiene puntos extra —concluyó Agustín.
—Dale,
Lalita, el tipo dice esto y aquello, ¿qué pasa después? —le preguntó Peter a
Lali.
«Lalita»,
pensó María esperando que Lali lo destrozara por llamarla así.
—Me
descompongo con algo contagioso —contestó Lali intentando no sonreír.
—¿Qué
tanto? —preguntó Peter sonriéndole.
«¡Ay,
no!», pensó María.
—Me
entran arcadas —dijo Lali sonriéndole su vez.
—Y
en tu caso yo vomitaría en tus zapatos —le dijo María a Agustín, que necesitaba
gritarle a alguien.
—¿Y
qué pasaría conmigo? —le preguntó Victorio a Candela.
—Cosas
maravillosas —contestó ésta rozándole en el brazo.
—Te
odio —le dijo Agustín a Victorio—.
Lali
se rió y Melisa miró cómo se reía. María pensó: «Oh, oh!». Parecía un hombre
con un objetivo y ella sabía cuál era. «Si te encuentro con una bola de nieve,
te destrozaré».
—¿Qué
pasa? —le preguntó Peter.
—Nada,
nada en absoluto —contestó sonriéndole con toda intención.
Demasiada gente metiendo cuchara,dando opiniones ,q los dejen en paz!
ResponderEliminarJajajaja es demasiado exagerado y dramático todo! Algo ridículo!
ResponderEliminarVamos que María se pasa de ridícula con ese instinto de protección!
ESPERO MÁS!
Besos, feliz semana
no te lo puedo creer jajjaja hay maria se dejo engatusar por la gato jajja
ResponderEliminarMmmm qué decepción!! Pensé que María era más inteligente!
ResponderEliminarQuiero más!
Lore
Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas....
ResponderEliminarAngy.. =D
++++
ResponderEliminar@X_FERREYRA7
Ay pobre Peter la perturbada es la ex no el, y Maria deberia estarse quietecita!!! Espero maa
ResponderEliminarJajjajajaja.Es María quien va a terminar cazando moscas x dejarse influenciar x Melisa.
ResponderEliminarMaaas nove
ResponderEliminarOtrooooo :D
ResponderEliminarMe encanta como le dice Melissa: Tiene un apodo y Maria: No y despues el le dice Lalita jajajjajajajjaja :P ya quiero el siguenteeeeeeeeeee
ResponderEliminarMuy bueno1
ResponderEliminar@ligiaelenaCM
Maaass
ResponderEliminarPobre peteeerr jaja
Tanto analizar no va terminar bien! Más me encanta!!
ResponderEliminarbien manipuladora es melisa
ResponderEliminarme mata como mery los analiza jajaja
besos
Nunca se me ocurriría preguntarle a una ex por un hombre. . .es absurdo. . .siempre hablará mal de el
ResponderEliminarNo entiendo lo de Maria, digo, si tan lista es porque le pregunta a una ex????
ResponderEliminar@laliteronfire
++++++++++++++++++++++++++++
ResponderEliminarMaria se dejo engañar por la tarada de melisa!! Pero estoy segura que se va sorprender a darse cuenta que Peter no es como melisa le dijo!! Y que se dejen de meter en la relación de Peter y Lali y los dejen en paz jaja
ResponderEliminarEspero el proximo