Capítulo 4

Hola, chicocas!!! ¿Cómo están? Día larguito para mí, así que espero que el de ustedes haya sido bueno! :D Gracias por sus comentarios, hipótesis y tws!!!! Si que cada vez van mejor de sherlocks ah! Ya tienen una segunda carrera :P Un beso a todas y mañana nos leemos!!!! Lean la nove de Inma que está BUENISIMA y se pone cada vez mejor ;) http://mirincon-inma.blogspot.com/  

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Estaba claro que no había tardado mucho en empezar el proceso para librarse de la niña. Peter sintió una oleada de rabia.

Capítulo 4:

–¿No pasó por tus opciones el quedártela?

Ella negó con la cabeza y se lo quedó mirando con expresión desafiante. Parecía muy segura de su postura.

–Lucía Torres me dará una lista de posibles padres adoptivos. Es la única opción viable.

–¿La única opción viable? –¿sería eso lo que había alegado su madre cuando se divorció de su padre para conseguir la custodia completa de sus hijos, a los que luego abandonó después de haber peleado tanto por alejarlos de su padre?–. Estamos hablando de una niña, no de uno de tus casos.

       

–Soy consciente de eso. Y mi preocupación principal en estos momentos es ella y su bienestar. Igual que lo sería si fuera un caso en el que trabajara.

Peter resopló.

–Eres abogada de divorcios…

–Abogada de familia –lo corrigió–. La disolución del matrimonio es solo una parte de mi trabajo. Buscar la mejor opción para los niños y…

–Lo que sea –Peter agitó la mano con impaciencia–. Esperaba que ahora fueras menos profesional y más humana.

Lali, desde la cama, levantó una ceja.

–¿Tú no aplicas en tu vida diaria lo que aprendes en el trabajo?

       

–Yo muestro un poco más de compasión cuando tomo decisiones relacionadas con el bienestar de mi familia.

       

Ella se rio con tono despectivo. Peter apretó los dientes y se negó a responder. Ok, tenía reputación de no tener escrúpulos en los negocios, pero siempre había protegido con uñas y dientes lo suyo: a su padre, a su hermano…

       

Observó el rostro de Lali. La nariz recta, la falta de brillo en los ojos marrón claro. No, iba a ser imposible llegar hasta ella. Dudaba que albergara en su interior algo de calor.

Peter suspiró con impaciencia.

–Tienes una visión limitada. No has tenido en cuenta todas las opciones posibles.

Por primera vez, la emoción atravesó el hielo.

       

–¡No puedo hacerme cargo de ella!

La desesperación de Lali fue seguida por un tenso silencio durante el cual Peter la miró con desprecio. Algo se resolvió en su interior, pero Lali le sostuvo la mirada negándose a revelar el frágil dolor que se ocultaba en la parte más profunda de su corazón.

Pero no iba a quedarse con la bebé. Y se mantendría firme en aquella decisión. Por su propia salud mental.

Finalmente él sacudió la cabeza.

–La pobre niña tiene suerte de que no vayas a ser su madre.

El desprecio hizo que Lali se estremeciera.

–Accedí a ser vientre de alquiler, no madre.

–Ahora mismo eres la única madre que ella tiene. Eres su madre legal.

       

Se suponía que aquello nunca tendría que haber sucedido. Colocó las manos bajo las sábanas y las puso sobre la extraña planicie de su vientre. Tras tantos meses abultado, le resultaba raro. Vacío. Y ahora que el bebé ya no se movía dentro, muerto. ¿Por qué se había ofrecido a donar sus óvulos y prestar su útero para crear el bebé que tanto deseaba su hermana? La respuesta era muy fácil: quería a su hermana. No podía soportar ver sufrir a Candela.

       

Pero el infierno estaba lleno de buenas intenciones. Ahora se veía metida en un problema muy complicado. Lali sabía que si no tenía cuidado la situación podría provocar más dolor del que había experimentado jamás. La única manera de atravesar aquella caótica situación era manteniéndose emocionalmente distanciada de la bebé, no formar aquel lazo milagroso madre-hija que ahora era tan tenue y que sin embargo poseía una fuerza inimaginable.

       

En cualquier caso, no había necesidad de darle ninguna explicación al bruto insensible que estaba al lado de su cama de hospital. Lali se pasó la mano por el estómago plano y apretó los labios.

       

–Soy muy consciente de que soy la madre legal.

Madre. Una sola palabra y el corazón empezaba a latirle con fuerza. No podía hacerse cargo de ella. No podía.

       

–Nunca estuvo en mis planes ser su mamá. No es mi hija –afirmó enfatizando cada palabra.

Habían firmado el acuerdo para alquilar el vientre y el procedimiento para la adopción había dado inicio. Lo único que hacía falta para formalizar la situación era pasar el periodo de doce días de reflexión al que estaba obligada por ley. Al finalizar aquel periodo, cuando la madre estuviera segura de querer entregar al bebé, la adopción podía seguir adelante. Pero Lali nunca había considerado la posibilidad de no cumplir la promesa que le había hecho a su hermana. Y por supuesto, nunca se imaginó que fuera Candela quien lo hiciera.

       

–Este bebé se hizo para tu hermano y para mi hermana, para satisfacer su deseo de formar una familia. Yo cumplí con mi parte del trato al ayudar a concebirla y traerla al mundo –malditos fueran Candela y Agustín–. En realidad, hice mucho más de lo que se esperaba de mí.

Peter hizo un gesto torcido.

       

–Esa es tu opinión.

       

–Y tengo derecho a decirla –Lali exhaló para tranquilizarse–. No deberías ni pensar la posibilidad de que me quede con la bebé. Candela y Agustín son los que cambiaron de opinión sobre ser padres, no yo.

       

Ya estaba cansada de que le echaran la culpa de algo que no era responsabilidad suya. Y estaba furiosa con Candela y Agustín por ponerla en esa situación, probablemente porque el hombre que estaba al lado de su cama había provocado aquella furia con su resistencia inicial.

Pero antes de que pudiera decirle que parte de la culpa también era de él, Peter volvió a hablar.

–Deja de poner excusas. Dice mucho de la clase de persona que eres que en estas circunstancias puedas abandonar al bebé que llevaste dentro nueve meses… la bebé a la que acabas de dar a luz.

       

¿Qué problema tenía aquel hombre? ¿No había escuchado ni una palabra de lo que había dicho? Dejó escapar un suspiro tembloroso.

Continuará…