jueves, 24 de julio de 2014

Capítulo 11


Hola, hola!!!! ¿Qué tal todo? Vieron el tráiler de Cincuenta sombras?! O.o OMG! No sé cómo voy a aguantar hasta febrero!!!! Jajajaja Me alegran muchos sus comentarios y saber que les gusta!!! :D Gracias por leer!!! Besos!

Twitter: @Caparatodos
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«Esto es increíble», pensó Peter y le dio una patada en el tobillo cuando Lali se dio la vuelta para volver a mirar el restaurante. ¡Su amigo estaba casado!

Capítulo 11:

—Por aquí —les dijo Emilio. Los acompañó a la mejor mesa que tenía cerca de una ventana, le acercó una silla a Lali y después se acercó lo suficiente a Peter como para decirle entre dientes: «He mandado a los mozos a su casa hace media hora, idiota».

—De nada —dijo Peter en voz alta asintiendo con la cabeza.
Emilio se dio por vencido y volvió a la cocina, mientras Peter miraba la forma en que Lali estudiaba atentamente el local.

—Es como uno de los restaurantes italianos de las películas. Excepto que no lo es. Me encanta. Emilio también me cae muy bien.

—Ya me di cuenta de eso. Eres la primera mujer que traigo aquí a la que le ha besado antes de que se sentara.

—Bueno, me va a dar de comer —arguyó Lali cogiendo la servilleta—. Siempre es una buena señal en un hombre —se colocó la servilleta sobre las piernas y después su sonrisa desapareció y volvió a ponerse tensa—. Excepto que...
Peter se preparó para la siguiente andanada.

—No puedo comer ni pan ni pasta, pero no quiero herir sus sentimientos. ¿Podrías pedirle otra cosa? —preguntó inclinándose hacia él.

—Sí, claro —dijo sorprendido—. Ensalada, pollo, esas cosas no llevan pasta.

—Gracias. No me gustaría arruinar la cena.

—Creo que se la acabas de alegrar —Lali tenía unos gruesos y suaves labios, y cuando sonrió, su cara pasó de ser la de una gris funcionaría de prisiones a la de una simpática muñequita, aunque el malicioso brillo de sus ojos cuando coqueteaba con Emilio había desaparecido, lo que era una pena.
Emilio les llevó el pan y Lali se inclinó para verlo mejor.

—¡Qué rico huele! No he comido en todo el día, así que todo esto me parece maravilloso.

—Lo es —dijo Peter—. Emilio, comeremos ensalada y pollo a la mostaza.

—Magnífica elección, señor Lanzani —lo alabó y Peter supo que lo decía porque era fácil de preparar—. ¿Un buen vino para acompañarlo?

—Sí —aceptó Peter a sabiendas de que les iba a llevar lo que le hubiera sobrado y tuviera abierto en la cocina.

—Para mí agua —dijo Lali en un susurro sin dejar de mirar el pan.

—Es buenísimo, lo hace él —le explicó cuando Emilio se retiró.

—Son carbohidratos —respondió Lali con el ceño fruncido. Peter había oído hablar demasiado de ellos en los nueve meses que había estado con Melisa y decidió olvidar el asunto.

—Entonces —empezó a decir cogiendo uno de los minúsculos panes—. ¿A qué te dedicas? —partió el pan y su olor inundó sus sentidos.

—Soy asesora de seguros —contestó ligeramente fastidiada.

Asesora. Estaba comiendo con una mujer que se dedicaba a las estadísticas, malhumorada, hambrienta y contraria a correr riesgos. Había caído muy bajo.

—Qué... interesante —dijo, pero Lali miraba el pan y no se dio cuenta. Peter le ofreció la mitad—. Toma.

—No puedo. Tengo que meterme en un vestido dentro de tres semanas.

—Un trozo de pan no cambiará mucho las cosas —la tentó moviéndolo, sabiendo que el olor del pan de Emilio había conseguido que los seguidores de cualquier dieta se pusieran de rodillas.

—No —lo rechazó. Cerró los ojos y apretó los labios, lo que era inútil, porque no era la visión del pan lo que la iba a vencer, sino su olor.

—Puede que sea tu única oportunidad para probarlo —dijo y Lali inspiró con fuerza.

—¡Fue! —exclamó abriendo los ojos y quitándole el pan—. ¡Eres un idiota!

—¿Quién, yo? —preguntó mientras veía cómo partía un trozo y lo mordía.

—¡Mmm! —exclamó masticándolo con los ojos cerrados y la cara inundada de placer.

«Mírame a mí con esa cara», pensó Peter en el momento en el que notaba que alguien le tocaba el hombro. Levantó la mirada y vio a Emilio con media botella de vino observando a Lali. Le hizo un gesto con la cabeza a Peter y dijo: «No la dejes ir».

—Emilio, eres un genio —lo elogió Lali después de abrir los ojos.

—Es un placer —contestó éste.

—Gracias —dijo Peter con toda intención y le quitó la botella de las manos. Emilio meneó la cabeza y volvió a la cocina por las ensaladas.

—Así que eres asesora —dijo Peter una vez que tenían delante los primeros platos.

—Por favor, te da igual lo que sea. Tómate la noche libre, bombón —respondió Lali con desdén.

—Mira, no hago estas cosas todas las noches. Hace tiempo que no salgo con nadie —dijo cogiendo un trozo de pan.
Lali miró su reloj mientras masticaba. Después tragó.

—Sí, unos veintiocho minutos.

—Aparte de ti. Mi última relación acabó hace un par de meses y he estado disfrutando un poco de paz y tranquilidad —Lali puso cara de no creerle y él continuó hablando—. Y, cómo no, cuando me decido a volver a salir, elijo a alguien que me odia. ¿A qué viene toda esa hostilidad?

—¿Hostilidad? ¿Qué hostilidad? —respondió. Pinchó el tenedor en la ensalada y la probó—. ¡Riquísima!
Masticó extasiada y Peter la observó intentando averiguar qué estaba haciendo mal. Debería caerle bien. Era encantador, maldita sea.

—¿Y qué otras cosas te gustan además de los zapatos?

—¡Por favor! —protestó Lali una vez que pasó bocado, —Habla tú. Yo sé muy bien por qué te elegí a ti, ahora dime por qué me elegiste tú a mí.

—¿Tú has coqueteado conmigo? —preguntó sin llegar a llevarse el vaso a los labios.

—No, yo te elegí —le explicó meneando la cabeza—. Te vi en la tarima. Bueno, en realidad te vio mi amiga María, pero me dio el honor.

—Qué considerada. Así que cuando llegué me estabas esperando.

—Algo sí. Esconde el pan, que me estoy volviendo loca —le pidió pasándole la canastilla.

—Entonces, ¿por qué te has pasado tanto conmigo? —preguntó poniendo el pan cerca de su plato.

—¿Crees que me pasé? Parece que las mujeres no te dan nunca problemas —dijo Lali con un bufido.

—Los cinco primeros minutos no. Se los guardan para después.

—Sí, pero para nosotros no hay más adelante, por eso tengo que acelerar el proceso —aseguró mirando el pan con ojos de deseo.

—¿Por qué no lo hay? —preguntó acercándole la canasta de nuevo, a pesar de que él también había llegado a la misma conclusión a los treinta segundos de saludarla en el bar.

—Porque no me interesa el sexo —aseguró cogiendo un trozo de pan y dándole un mordisco. Peter observó cómo disfrutaba. «Estás mintiendo», pensó—. Y eso quiere decir que no te intereso —continuó Lali cuando terminó de masticar.

—¡Hey! —dijo molesto—. ¿Qué te hace pensar que sólo me interesa el sexo?

Continuará…

16 comentarios:

  1. jajajaja
    Quiero más!
    Lore

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  2. Creo que para Peter en vez de una puesta va a ser un reto personal conquistar a Lali lo que no sabe es que el mismo va a caer en su propio reto

    espero maaaaas

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  3. Me encanta!!! Lali lo va volver loco!!!

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  4. Quien de los dos va a caer primero??!!
    Jajajaja
    Maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas!
    Besos♥

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  5. maaaaaaaaaaaaaaaaas...
    Angy... =D

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  6. ++++++++++++
    @x_ferreyra7

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  7. Jajajajajajajajjajajajaja,vaya cenita k le está dando Lali a Peter.

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  8. me encanta!!
    peter se volvera loco jajaja :)

    @ligiaelenaCM

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  9. Se esta volviendo algo personal la cosa aqui ajaj.me parece que el no va a parar hasta quebla conozca y la enamore. Ojala le diga de la apuesta. Beso. Giu

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  10. lali lo esta matando pensando q Peter esta en la apuesta y él no entiende nada!JaJa!

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  11. JAJAJA mirame a mi con esa cara PETER XD,como decian mas arriba si de seguro la apuesta pasara hacer un segundo plano ya q peter se lo tomara como un reto

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