martes, 22 de julio de 2014

Capítulo 9


Buenas, buenas!!! ¿Qué tal todo por sus lares? Ojalá que todo bien y la que esté de vacaciones las esté disfrutando!!!! Por acá día nublado y frío horrible!!!! Así que con modorrita, esa pijamosa en la que tu cama no te suelta jajajja lástima que tuve que ponerle los puntos para que me dejara salir :P Gracias por leer!!! Besos y mañana nos leemos!!!!!

¡¡¡¡¡FELIZ CUMPLE, Giu!!!!! Te deseo lo mejor en tu día y que empieces con toda la felicidad y el cariño del mundo tu nuevo año!!!! Besos y el capítulo va dedicado a ti! :D

Twitter: @Caparatodos
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—Así podrás contarme más cosas de Lali.

—Por supuesto.
Le contaría todo lo que quisiera, excepto lo de la apuesta.

Capítulo 9:

Lali había esperado afuera mientras Peter volvía a entrar para buscar algo que se había olvidado —posiblemente su moral— y el aire fresco de aquella noche de junio la despejó y disipó ligeramente su enojo. Aquel bar estaba en una de sus calles preferidas, llena de tiendecitas, restaurantes y un buen cine. Una suave brisa soplaba entre los árboles que adornaban la calle de lado a lado. Durante un momento, Lali los miró y pensó: «Sé cómo se sienten». Bueno, no por lo flaquitos, pero sí por estar atrapados.

Porque ella estaba atrapada, no le cabía duda. Atrapada sin pareja en un estúpido vestido para el casamiento de su hermana y su madre suspirando por ella. Porque la verdad era que no iba a ser capaz de fingir con alguien como Juan Pedro Lanzani durante tres semanas. Había tenido una idea estúpida, impulsada por el ron y la cólera. Durante un instante deseó estar en su departamento, acurrucada en el viejo sofá de su abuela escuchando un poco de Elvis Presley. Puede que ella no fuera de las que tienen citas, tal vez debería rendirse a sus genes y convertirse en una mujer soltera para dedicarse a los hijos de Ana. Tampoco es que quisiera tener hijos. ¿Para qué otra cosa servían los hombres? Bueno, para el sexo, pero sólo había que ver cómo se portaban en ese sentido. La verdad...

A su espalda sonó un celular y dio un respingo. Cuando se dio la vuelta, era Juan Pedro Lanzani, que había vuelto. Este metió la mano en el bolsillo del abrigo y sacó un aparato de los que tienen más cosas de la que necesita un ser humano. Aquello confirmó su decisión. No iba a pasar tres semanas con un hombre desalmado sólo para ir acompañada al matrimonio de su hermana. Pagaría su parte de la cena y le diría adiós para siempre; ése era su plan.
Cruzó los brazos y esperó a que la impresionara con una llamada de negocios, pero colgó el teléfono.

—¿Y si era importante? —preguntó arqueando las cejas.

—La única persona con la que quiero hablar está aquí —dijo con una sonrisa compradora.

—¡Por Dios! ¿Por qué no apagas eso también?

—¿Perdón? —preguntó mientras se le desvanecía la sonrisa.

—Las frases hechas. Voy a cenar contigo, relájate —le pidió comenzando a caminar.

—Yo estoy relajado siempre. ¿Dónde vamos? —preguntó poniéndose a su lado de una sola zancada.
Lali se detuvo y él la adelantó un paso antes de parar.

—A ese nuevo restaurante del que habla todo el mundo. A Serafino. Un amigo con el que solía salir me ha dicho que el cocinero pretende decir algo con su cocina —pensó en Benjamín y miró a Peter, tal para cual—. Me imagino que encaja en tu estilo. ¿Habías pensado en otro sitio?

—Sí —dijo poniéndole un dedo en la espalda y dándole un suave empujoncito para que se diera la vuelta. Lali se soltó de él mientras giraba—. A mi restaurante se va por ahí. Jamás vayas a un sitio en el que el cocinero intenta hablar con la comida. A menos que quieras...

—No —dijo Lali empezando a caminar otra vez—. Tengo ganas de comprobar tu gusto en restaurantes. Me imagino que será como el que tienes en celulares, muy a la moda.

—Me gusta la tecnología —dijo volviendo a alcanzarla—. No creo que sea una demostración de mi verdadero yo.

—Siempre he querido hacer un estudio sobre la relación entre los celulares y la personalidad —mintió mientras pasaban por delante del cine—. Con todos esos modernos estilos de fantasía y fundas diferentes, y todavía hay gente que se niega a tenerlos. Uno pensaría que...

—El tuyo es negro. Muy práctico. Cuidado con el vidrio —la previno cogiéndola del brazo y tirando de ella para esquivar una botella rota, pero Lali se desvió por su lado y se alejó de él.
Peter se detuvo y la miró a los pies, seguramente fingiendo preocupación.

—¿Qué pasa? —preguntó Lali.

—Bonitos zapatos —dijo, y Lali miró sus zapatos de taco, amarrados con lazos negros de tela.

—Gracias —dijo, sorprendida de que se hubiera fijado.

—De nada —contestó. Metió las manos en los bolsillos y empezó a caminar otra vez, alargando el paso.

—Te equivocas —dijo Lali dando un paso más largo para alcanzarlo—. Mi celular no es negro. Es verde y tiene unas grandes margaritas blancas.

—No es verdad —Peter iba adelante de ella sin siquiera molestarse en ir a su ritmo y Lali tuvo que acelerar para alcanzarlo—. Es negro o plateado con funciones básicas, lo que es una pena porque nunca se sabe cuándo te vas a agarrar tráfico en algún sitio y necesitar un buen juego para pasar el tiempo.

Cuando lo miró, estaba tan guapo que se paró para que tuviera que perder el ritmo. La clave estaba en desconcertarlo, no en mirarlo boquiabierta, sobre todo porque tenía razón en cuanto a su celular negro.

—Perdón —dijo tensando la voz y cruzándose de brazos—. Sé perfectamente cómo es mi teléfono, y tiene margaritas. Y ya sé que me visto medio formal, pero eso no quiere decir que sea aburrida. Llevo ropa interior de color rojo.

—No —seguía con las manos en los bolsillos y daba la impresión de ser grande, ancho y sumamente creído.

—Bueno, si muestras esa actitud nunca lo descubrirás —lo desafió y siguió caminando hasta que se dio cuenta de que no la seguía. Se giró y vio que la estaba mirando—. ¿Cenamos?

—Te apuesto cien pesos a que tu móvil no tiene margaritas —le dijo Peter acercándose despacio volviendo a su lado.

—No hago apuestas —respondió intentando no darse media vuelta para irse.

—Doble o nada a que tienes puesto un sostén blanco.

—Si crees que soy tan aburrida, ¿qué estás haciendo conmigo?

—Te lo vi cuando guardaste la plata del taxi y tienes un gusto muy conservador. Así que no creo que tengas un teléfono con margaritas. Lo más atrevido que llevas son los zapatos.

—¡Buenoooo! —protestó Lali frunciendo el ceño.

—Y lo que estoy haciendo contigo es intentar llevarte a un buen restaurante que queda un par de locas más allá, así que si declaramos una tregua hasta que lleguemos allí... —propuso dando claras muestras de estar al borde de su paciencia. Lali comenzó a caminar de nuevo— ¿Aceptas la apuesta? —preguntó Peter a su espalda.

—No —Lali aceleró el paso, pero Peter se puso a su altura sin ningún esfuerzo. «Tiene las piernas largas», pensó y después se enojó con ella misma por pensar en una parte de su cuerpo. O en que se hubiera fijado en sus zapatos. Algo que le pegaba mucho a ese tipo de hombres. «Acuérdate de la apuesta —se ordenó—. Es un idiota y un jugador».

El idiota y jugador se detuvo delante de una vitrina pobremente iluminada y tapada por unas cortinas de terciopelo rojo. Encima de ellas había escrito «Emilio» en letras doradas.

—¿Este es el restaurante? —preguntó sorprendida por que no hubiera elegido algo más lujoso.

—Sí —dijo abriendo la puerta.

—Espera —le pidió leyendo el cartel que había en el cristal—. Aquí dice que entre semana cierra a las diez y ya debe de ser casi esa hora. Tal vez deberíamos...

—Soy su cliente favorito —dijo manteniendo la puerta abierta—. Al menos, hasta que te conozca a ti.

—¿Ya empezamos otra vez? —replicó exasperada.

—No —contestó con mucha paciencia—. Si sigues dándome la contra durante toda la noche, Emilio te dará un postre gratis.

—Creía que eras su cliente favorito.

—Y lo soy. Eso no quita que disfrute del espectáculo. ¿Entras o no?

—Sí.

Continuará…

17 comentarios:

  1. Me encanta!!! Mas!!! Me exasperan los dos!!

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  2. Va por buen camino Peter y espero que le diga la verdad :)
    Ruthy

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  3. Jajaja se van a atraer por la velocidad verbal, o no? ajajajaja
    Me encanta!
    Quiero más!
    Lore

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  4. estos juegos previos son lomejor,ojala se de cuenta pronto q Peter no esta en la apuesta con B

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  5. Me encanta!!!

    @ligiaelenaCM

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  6. muy muy a la defensiva esta lali
    beso

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  7. Jjajajajaja,parece k la psicóloga no dio ni una con ellos.Después d sus exposiciones ,aún siguen juntos, y van a cenar.
    Peter la estudió bien a fondo ,todo un observador!!!
    Perdón Cami, me equivoqué en el cumple d Giu!!!

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  8. kjkjkjkjj esta muy buena me encanto massssssssssssssssss

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  9. Ooo ya quiero leer el proximo capitulo :) #4YearsOfOneDirection #Congratulations1D

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  10. Quien se pelea se ama..decian ajajja! Espero mas y gracias por dedicarme el cap aunque no es mi cumple ajaj. beso!!Giu

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  11. Ese tira y afloja entre estos dos va a ser muy divertido =) quiero masssss beso

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  12. Ese tira y afloja entre estos dos va a ser muy divertido =) quiero masssss beso

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  13. Ese tira y afloja entre estos dos va a ser muy divertido =) quiero masssss beso

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