sábado, 12 de julio de 2014

Capítulo 24


Hola, hola!!! ¿Cómo les va? Ojalá que todo bien por ahí y sufriendo/disfrutando del mundial, para las que lo ven :P Y, si no, pasando un lindo sábado!!! Les juro que no fue con maldad lo de ayer (aunque admito que me reí leyendo sus comentarios hace un rato jajaja), pero tenía examen a la noche y no podía subir otro ni nada por el estilo! Así que sorry por jugar con sus corazones (no, Mariana?!) Espero disfruten del capítulo y les cuento que mañana se termina… ;) Un beso y hasta mañana!!!!

Twitter: @Caparatodos
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Fue después de apoyar el pie de Lali en el primer escalón, cuando la piedra más alta se separó de los cimientos y toda la estructura tembló. Entonces, toneladas de piedra comenzaron a moverse. Los gritos de los hombres se mezclaron con el espeluznante sonido y gimieron al ver que las rocas se desprendían. Las cañerías enterradas se rompieron, lanzando chorros de agua. Confiando en que Lali no soltara a Paloma, Peter la rodeó con sus brazos y con un impulso desesperado, saltó hacia atrás, arrastrando con él la escalera y su preciada carga. Durante la alborotada caída, Peter recordó haber protegido a Lali y a Paloma con su cuerpo. A continuación, sintió un dolor paralizante y una ráfaga de luz blanca. Y luego nada.

Capítulo 24:

Lali y Paloma salieron indemnes del derrumbamiento de la fuente, pero solo porque Peter las había protegido con su cuerpo. Seguramente los tres debían la vida a la rápida actuación de los hombres de Peter, que sujetaron la escalera cuando todavía estaban subidos a ella. Pero como Peter le había dado su casco a Lali, no tuvo protección contra la lluvia de piedras que se produjo. Los veinte minutos que permaneció inconsciente fueron los más aterradores de toda su vida.

Después de una frenética llamada a los bomberos, la ambulancia se presentó y llevó a Peter al hospital, a pesar de sus protestas. Sin embargo, nadie podía obligarlo a quedarse allí. En cuanto le dieron los resultados de las radiografías y comprobó que no tenía ninguna conmoción cerebral, decidió darse de alta él mismo.

Lali todavía estaba impresionada. María José se había reunido con ella en la sala de emergencias y había oído cómo Peter rechazaba los consejos del traumatólogo. Si bien, reconoció tener un dolor de cabeza atroz, declaró que si dormía en una cama que no fuera la suya aquella noche, sería en la de Lali. María José había parpadeado al oírlo, y Lali la había arrastrado de nuevo a la sala de espera, prometiéndole una explicación a la mañana siguiente.
Debería haber imaginado que no podría contener a María José.

—Paloma, cariño, tengo tanta sed —declaró María José, rebuscando en su cartera para sacar unas monedas. En una caja que les habían dado en la central enfermeras, estaba descansando él pajarito herido que había causado tanto revuelo—. Me harías el favor de buscarme algo para tomar.

Paloma examinó tanto a madre como a hija con mirada suspicaz. —Quieren hablar sobre sus cosas, ¿no es así? —María José le dio un pellizco en la mejilla y le guiñó un ojo. —¡Siempre tan inteligente!
Paloma aceptó las monedas y lanzó una mirada pícara a Lali.

—Está bien, pero ya que yo no puedo escuchar lo que diga, asegúrate de que Lali te cuente la cosa tan especial que Peter le dijo cuando estábamos en lo alto de la escalera.
Lali cerró los ojos.

—Paloma...

—Ya me voy —dijo la niña, alejándose a paso rápido—. Cuiden de mi pájaro.
Cuando Lali se volteó, María José la estaba observando con los ojos entrecerrados.

—¿Por qué ha pensado Peter que sería bien recibido en tu cama, Lali?
Lali suspiró.

—He estado intentando encontrar el momento de decirte algo, mamá. Pero es tan... difícil. Tan vergonzoso, en realidad.

—Nunca debes posponer un deber desagradable —dijo María José, como si ella nunca fuera culpable de aquel pecado.

—Estoy embarazada —soltó Lali sin más, con descaro— y antes de que saques conclusiones apresuradas, es hijo de Peter, no de Martín.

—¿Es una broma? —respondió María José. Por una vez, Lali había logrado dejar sin palabras a María José.

—¿Vas a sermonearme, mamá?—indagó, tratando de contener una sonrisa.

—Nada de sermones —dijo María José. Luego se acercó, le dio un beso en la mejilla y la abrazó con fuerza— ¡Estoy tan contenta. Ni siquiera pienso pedirte los detalles, siempre que planees hacer lo correcto.
Lali sintió una oleada de afecto por su madre.

—Si te refieres al matrimonio, mamá, es posible.

—¿Posible?

—Bueno... —Lali abrió las manos y se encogió de hombros—. Es un poco complicado —estaba disfrutando de ser ella la que sorprendía a su madre, por una vez.

—¿Te lo ha pedido?

—Y luego se ha arrepentido —dijo Lali con picardía.

María José, que empezaba a disfrutar de la situación dijo: —¿Es tu venganza, no es así? —preguntó, mirando a su hija con picardía—. Por lo pesada que he sido. Por intentar convencerte para que te soltaras un poco el pelo. Por querer que te divirtieras y...entraras en razón.

—Tal vez, mamá —dijo Lali, todavía sonriendo.

—Está bien, una pregunta más, y Paloma y yo los dejaremos solos. ¿Qué dijo Peter cuando estaban en lo alto de la escalera?

—Me dijo que me amaba —dijo Lali con una sonrisa suavizada por la satisfacción de sentirse amada.

—¿No te lo había dicho yo? —comentó María José, sonriendo—. Siempre me cayó bien ese chico.


Una vez en el coche, Peter se dejó caer en el respaldo del asiento después de acceder a regañadientes a que fuera Lali la que manejara.

—Vámonos a casa, La.
A casa. Lali dejó que la palabra llegara como una dulce canción a su corazón.

—¿La mía o la tuya?
Peter movió la cabeza para mirarla.

—La tuya. Quiero hacerte el amor otra vez en esa cama de encaje.
Sonriendo, salió del estacionamiento del hospital.

—El médico ha dicho que debías descansar durante veinticuatro horas.

—Ya dormiré después de que hagamos el amor —extendió el brazo y apoyó una mano sobre su vientre—. ¿Cómo está nuestro hijo?

—Bien. No podría estar mejor.

—Me alegro, porque tengo muchas cosas que decirte, Lali.

—¿Sobre el accidente?

—Eso y más. Sobre estar en aquella escalera y descubrir de repente lo que estaba en juego. Pero puede esperar hasta que lleguemos a casa —su voz se volvió grave —. Así podré tocarte y abrazarte y decirte otra vez lo mucho que te amo.
Lali lo miró antes de volverse a concentrar en la carretera.

—¿Estás seguro? La gente hace o dice cosas en situaciones límite de las que luego se arrepiente.

—¿Como cuando me declaré por primera vez?

—Son cosas que pasan, Peter.
Peter le acarició la mejilla.

—No quiero declararme en un auto, La. Esta vez quiero hacerlo bien, ¿está bien?

—De acuerdo…


Continuará…

17 comentarios:

  1. masssssssssssss
    ahhhhh final felizz

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  2. son unos tiernos!!!!!!!! ahora no podes cortarme el capítulo justo ahí!! necesito el proximo capítulo YA!!!!!

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  3. excelente!!!!!!!!!Bastante modesta Ma Jose ya me la veia armando una escandalosa fiesta ahi mismo! JAJA

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  4. Que lindos!
    Porque lo dejas ahi?? .... SEGUI!
    @gbv_17

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  5. aaaaaa +++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

    me encanta :D
    @x_ferreyra7

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  6. El lugar en realidad no es tan importante, incluso puede llegar a ser una anecdota en un futuro jajajajaj lo importante es que se digan y demuestren cuanto se quieren

    espero mas noveeee

    tq amii

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  7. Es un divino hasta medio averiado!! Me encanta más!!

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  8. Aaaaah son hermosos, sube otrooo!!! :D

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  9. Me encanta que por fin se haya dado cuenta que la ama

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  10. Ohhh mas tiernos ya era hora que majo se enterara Masssss++++++++++++++++++++++

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  11. Más tierno...
    Quiero más!
    Lore

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  12. Ay que bonito por finnn jjjaaj se han dicho que se quieren y le ha dicho a sin madre que esta embarazada massss me encantaaa
    Peter un tierno diciensole Te amo

    @Casiamaia

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