Capítulo 21

Buenas, buenas!!! ¿Cómo les va? ¿Qué tal las trató el día? Espero que todo bien :D Vieron el partido de hoy??? :O lo que sufrí jajajaja Bueno locura aparte, gracias por leer y estar del otro lado!!! Nos leemos mañana!!! Besos ;)

Twitter: @Caparatodos

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—Dame dos minutos, Paloma. Quédate tranquila, ¿si?

—Dale —contestó—. Gracias, Lali —añadió en voz baja.

Capítulo 21:

Veinte minutos después, Lali estacionó junto a la obra con Paloma dentro del auto. Una sola ojeada bastó para comprobar que el equipo de electricistas estaba llevando la luz a los pisos más altos. Si sus sospechas eran ciertas, Peter debía conocerlas enseguida. Tal vez decidiera paralizar la obra hasta que llegaran al fondo de aquella extraña situación.

Arrastró a Paloma hasta la caravana.

—Tengo que hablar con Peter —le dijo a la niña—. Hay fruta y jugo de naranja en la refrigeradora. Volveré en menos de lo que canta un gallo.

—Está bien.

Al salir, pasó un minuto entornando los ojos al sol en sus esfuerzos por distinguir a Peter. No lo vio, pero recordó que debía ponerse el casco y fue a buscar uno.

De regreso, hizo señas a un electricista que había en una pasarela. El hombre gritó algo y, a los pocos segundos, Santiago Ipárraga estaba bajando por el ascensor de obra del edificio.

—¿Dónde está Peter? —preguntó en cuanto el hombre tocó tierra.

—En la cuarta planta, asegurándose de que todo se hace al pie de la letra. Nunca lo había visto dirigir una obra tan de cerca. Está supervisando personalmente hasta el último cable y la última grapa.

Protegiéndose del sol con la mano, Lali intentó distinguir a Peter entre los hombres de la cuadrilla, pero con tanta luz era imposible. Ipárraga se ajustó su gorra de béisbol.

—Peter dijo que lo esperaras en el tráiler, Lali. Bajará en cuestión de minutos.

—Necesito verlo de inmediato, Santiago —contempló el edificio medio construido con preocupación—. Por favor, anda a decirle que lo estoy esperando en la primera planta. No te preocupes, no me moveré. Quiero ver qué aspecto tiene la fuente ahora que están terminados los adornos de piedra. No me pasará nada.

El hombre cambió de postura, incómodo.

—Me costará el trabajo si no la acompaño a ese tráiler, señorita.

Lali tenía una rotunda negativa en los labios, pero la mirada angustiada de Santiago la frenó. El hombre estaba obedeciendo órdenes y esperaba que ella las obedeciera también. Claro que se lo había prometido a Peter. Con un suspiro, dio media vuelta—. Sólo dile que es urgente, ¿puedes, Santiago?

—Sí, señorita.

Moviendo la cabeza, regresó al tráiler. Para ser un hombre que no quería vínculos emocionales, Peter se tomaba muchas molestias para velar por su seguridad. Claro que se trataba de la seguridad del bebé, pensó Lali con una punzada de dolor. Se mostraba tan considerado porque llevaba a su hijo en el vientre.

Al entrar a la oficina, no pudo ver nada por un momento. Luego sus pupilas se adaptaron a la oscuridad que había en el interior.

—¿Paloma? —no hubo respuesta. —Paloma, ¿dónde estás? Silencio. El tráiler estaba vacío. Paloma había desaparecido.

Durante medio minuto, Lali consideró su promesa de quedarse donde estaba. Peter se pondría furioso, pero la preocupación por Paloma superaba el miedo a su furia. Salió corriendo de la oficina y comenzó a caminar por la obra al borde de la histeria. Entrecerrando los ojos a causa del sol, divisó a Peter en el ascensor, descendiendo por un costado del edificio. Todavía estaba a dos metros del suelo cuando la vio, pero abrió la puerta de la cabina y saltó al suelo con una mirada enfurecida. Sin embargo, al ver la cara de Lali, que estaba corriendo directamente a sus brazos, su enojo se transformó al instante en preocupación.

—¿Por qué tienes esa cara? ¿Qué ha pasado? —preguntó.

—Paloma ha desaparecido, Peter, tenemos que encontrarla.

—¿Paloma? —agarrándola de los brazos, se inclinó un poco para ver su rostro debajo del casco—¿Tu hermana pequeña?

—Le dije que esperara en la oficina —le explicó, aferrándose a su camisa con las dos manos— Pero cuando volví, después de hablar con Santiago, ya no estaba. Peter, estaba disgustada con su madre porque había tenido una pelea estúpida con su novio delante de ella. Paloma se largó en pleno centro de la ciudad, ¿puedes creerlo?

Peter la miró con incredulidad.

—¿Paloma está aquí, en la obra?

—No la llevé directamente a casa de mi madre porque necesitaba hablar contigo sobre los accidentes —se retiró el pelo de la cara y miró alrededor con desesperación—. Salió del tráiler por alguna razón y ahora no sé dónde está.

—No puede estar muy lejos, Lali. Hay una valla de tres metros que rodea toda la obra.

—¡No lo entiendes! Este lugar no es seguro, Peter.

—Un momento, La, tranquilízate, ¿dale? —deslizó un brazo alrededor de su cintura y con la otra mano empezó a acariciarle la espalda—. Seguramente está curioseando, pero los hombres la verán enseguida —por encima de la cabeza de Lali, Peter le hizo una seña a Santiago Ipárraga —. Alertaremos al personal ahora mismo.

—Paloma ya estaba enojada —le dijo Lali con voz temblorosa.

—La encontraremos —sentía la mano cálida en su cuello, y Lali tuvo la tentación de prolongar el abrazo. Pero al entender que no había tiempo que perder, se soltó y dio un paso atrás.

Continuará…