miércoles, 3 de septiembre de 2014

Capítulo 56


Hola, hola! ¿Cómo les va? Espero que bien! Solo quiero decirles gracias por ser el mimo en momentos felices, por ser mi salvavidas y flotador cuando el barco se hunde! Las quiero, son muy especiales!!!! Gracias, gracias!

Twitter: @Caparatodos
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—Son horribles, Lali —dijo tirándolas por la ventanilla.

—Sí, gracias —dijo intentando no sentirse rescatada.

Capítulo 56:

Al día siguiente, Lali se vistió con mucho cuidado para la cena con los Lanzani. Volvió a sacar el vestido negro, limpió los zapatos negros chatos e intentó hacerse ondas en el pelo. La llamada de María José no la ayudó nada.

—Hija, Peter es maravilloso.

—Gracias mamá —dijo Lali preparándose para lo que viniera a continuación.

—Papá ha comprobado su situación financiera y es solvente.

—¿Un sábado por la noche? ¿Y cómo lo hizo?

—Ya conoces a tu padre —contestó en un tono que Lali desearía que no tuviera—. Y parece que le gustas mucho. Lo del pan y la mantequilla ha sido muy dulce. No volverás a comerlo, por supuesto, pero...

—Un hombre que te alimenta es bueno.

—No lo pierdas. Me enojé mucho cuando cortaste con Benjamín. No dejes escapar a Peter también.

—Mamá, no lo quiero —mintió.

—Pues claro que lo quieres. Tendrán unos hijos preciosos.

—Tampoco los quiero. Cambiando de tema: estoy pensando en dejar mi trabajo y hacerme cocinera.

—No hables pavadas, hija. ¿Tú rodeada de comida? Explotarías como un globo.

—Muchas gracias, mamá. Tengo que colgar.

—¿Dónde vas?

—A comer con los padres de Peter.

—Qué lindo. ¿Quiénes son?

—Juan y Claudia Lanzani. No creo que...

—¿Vas a comer con Claudia Lanzani?

—Sí, pero porque parió a mi acompañante, sino no lo haría.

—Lali, Claudia Lanzani es una muy importante economista—aseguró con voz cargada de respeto.

—Lo siento mucho —dijo Lali, que era la primera vez que oía decir a su madre la palabra «importante» con aprobación.

—Nada de carbohidratos. Y cuéntamelo todo cuando vuelvas a casa.

—¡Dios mío! —exclamó antes de colgar y volver a sus problemas con el pelo.

Cuando Peter tocó su puerta, ella y Elvis estaban contemplando una cinta para el pelo con cierto recelo.

—¿Qué te parece? —le preguntó a Peter al abrir la puerta.

—No, por Dios —dijo agachándose para acariciar al gato, que ronroneaba a sus pies—. Mírate, parece que vas a un duelo.

—No intentes convencerme para que me cambie de vestido.

—Al menos, déjame los pies. ¿Por qué no te pones los de los lazos negros, los que tenías la primera noche?

—¡Peter!

—No es mucho pedir —dijo sonriendo apoyado en el quicio—. Anda a cambiarte de zapatos y después nos enfrentaremos juntos a los dragones.

—La táctica del encanto no funciona conmigo —dijo sonriéndole muy a su pesar, antes de ir a cambiarse de zapatos.


—Bueno, ¿tengo de saber algo sobre tus papás? —preguntó ya dentro del auto.

—No. Serán educados, pero no simpáticos. En casa no hace falta enfriar el vino, el ambiente se encarga de hacerlo.

—Buenísimo, elegiste el mejor momento para hacer chistes.

Cuando llegaron, se dio cuenta de que hablaba en serio. La casa era inmensa, una de esas mansiones que a Lali siempre le habían parecido excesivas. La empleada que estaba en la puerta de paneles era amable, la entrada de madera, y cuando pasaron a lo que Lali dudó si llamarla sala, los padres le parecieron absolutamente gélidos.

—Estamos encantados de que hayas venido —la saludó Claudia Lanzani dándole la mano. No parecía encantada; no parecía otra cosa que oscura, sorprendente e increíblemente guapa, al igual que su marido, Juan y su hijo Jaime, seguramente el único hombre en todo el planeta que hacía que Peter pareciera sencillo.

—¡Lali! —exclamó Tomás a su espalda y al girarse vio que iba hacia ella jalando a Bárbara.

—Hola. Gracias por invitarme a comer, me moría de hambre —dijo agachándose.

—Me gustan tus zapatos. Los lazos son muy lindos —le susurró sonriendo, feliz de la vida.

—Gracias —dijo Lali mirando de reojo a Peter. Había puesto cara inexpresiva y se dio cuenta de que no había abierto la boca desde que habían llegado. «Bueno —pensó—, bienvenida al infierno».

Hizo todo lo posible por mantener una conversación fríamente educada hasta que se sentaron y les sirvieron unos platos hermosamente presentados con espirales dibujados con salsa. Después se dio por vencida y simplemente comió.

—¿A qué te dedicas, Mariana? —le preguntó Juan cuando les sirvieron los filetes de carne con papas.

—Soy asesora de seguros  —contestó rezando por que no se le hubiera quedado nada entre los dientes.

—¿Y para quién trabajas? —continuó, nada impresionado, aunque tampoco despectivo.

—Para ASESTA —le informó antes de concentrar su atención nuevamente en la carne. La comida estaba bien presentada y era muy buena, eso tenía que reconocerlo, pero no era como la de Emilio's. Para que esa sala se animara hacía falta alguna foto exótica y cómica en las paredes. Y no iban a admitir que eran exóticos. Miró a los comensales. Conservadores, presumió. Contempló su magníficamente presentado plato. La hambruna de la papa había quedado muy atrás.

—Espósito —dijo el padre de Peter y Lali se dio cuenta de que había estado callado un buen rato—. El vicepresidente es Carlos Espósito, ¿no?

—Es mi padre.

—Así que trabajas para la empresa de tu padre —concluyó Juan sonriendo.

—Bueno, no es el dueño exactamente —le aclaró Lali, que sabía que en algún momento de la conversación pisaría una mina—. Pero me ayudó a conseguir el puesto.

—No necesitabas ayuda. Eres asesora de seguros. Seguro que te hicieron cuarenta ofertas —intervino Peter.

—Sí, hubieron varias —dijo Lali, que no sabía muy bien qué estaba pasando—. Pero no eran nada interesantes. Así que mi padre me ayudó.

—Muy inteligente por tu parte —la alabó Claudia Lanzani. Lali miró sus oscuros ojos y pensó: «No quiero que me dé su aprobación, señora»—. Aceptar ayuda de un padre me parece muy inteligente.

—Bueno, no implicaba ningún compromiso, así que no había lado malo.

En un extremo de la mesa, Juan sonrió y su aspecto mejoró considerablemente. «Tú tampoco caes bien», pensó Lali. Bárbara estaba inmóvil, no asustada, como alerta, y entre ellos, Tomás hacía lo que podía con las papas, mirándolos a todos.

—Y sí muchas ventajas. Estoy seguro de que tu padre te ayudó todo el tiempo —intervino Juan.

—Ella lo logró sola —la defendió Peter con voz apagada—. Las empresas de seguros no dependen de cuestiones sentimentales. Es la persona que más veces han ascendido en la empresa y nadie cree que se lo deba a su padre. Es inteligente, trabajadora y muy buena en lo que hace.

Había algo sombrío y espantoso en su voz, desproporcionado para el tono de la conversación y Lali le puso la mano en la espalda con mucha discreción. Incluso a través de la ropa notó que tenía los músculos tan tensos que le pareció estar tocando cemento. Al sentirla, Peter se tensó aún más, aunque después relajó ligeramente los hombros.

—Claro que lo es —dijo Juan mirando a su mujer y esbozando una sonrisa—. Nos parece admirable que haya seguido los pasos de su padre.

—Mi padre no es asesor.

—No, por supuesto —dijo Claudia con cierto tono de ironía en la voz—. Te admiramos por haber hecho la elección adecuada y haberte quedado en el negocio de tu padre. ¿No crees, Peter? —preguntó sin dejar de sonreír.

—No creo que ella cometa errores. La comida está deliciosa —dijo Peter.

—Peter no quiso entrar en la empresa familiar —le informó Jaime sonriendo con fingida animosidad y Lali pensó: «Y tú eres un tonto por decirlo en voz alta».

—¿Y por qué debería haberlo hecho?

Continuará…

15 comentarios:

  1. Amo como se defienden el uno a otro
    +++++
    @x_ferreyra7

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  2. Oh, oh! Pero que familia tienen ambos!
    Espero mucho más, esta genial! Ya quiero ver como termina la cena, esa pregunta de Lali esta genial!

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  3. Ánimos!
    Por Twitter, por Facebook, por Whatsapp, por el pensamiento... ;) sabes que estoy y te mando un gran beso y abrazo! Te quiero, besos

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  4. Todo el tiempo en guardia ,pero x sus familias.
    Jajjajaja,y siguen con el fetichismo d los zapatos,Peter y Tomás.

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  5. Estas dos criaturitas estan como oa juntar a sus familias, eso podria ser un caos absoluto. Espero mas tq

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  6. Yo q ellos me armo un bolso y cambio de continente,JAJA q entorno el de ambos flias/amigos todos para regalar,JAJA
    En cuanto a vos aqui estamos y estaremos,a veces las cosas no son fáciles pero siempre hay algo porq luchar,algo q nos sca una sonrisa cdo no tenemos ganas,hay q aferrarse a ello y resistir!Beso y abrazo!

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  7. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas... =D

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  8. q familia XD apoyo a la de arriba armen su bolso y váyanse xd q buen capi..

    q tengas lindo dia,gracias por tan lindas historias

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