jueves, 4 de septiembre de 2014

Capítulo 57


Hola, hola! ¿Cómo les va? Espero que todo bien y ya listas pasa arrancar el finde! Gracias por sus comentarios, el tiempo, el cariño y por leer!!!! Las quiero y leo mañana!!! Besos

Twitter: @Caparatodos
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—No creo que ella cometa errores. La comida está deliciosa —dijo Peter.

—Peter no quiso entrar en la empresa familiar —le informó Jaime sonriendo con fingida animosidad y Lali pensó: «Y tú eres un tonto por decirlo en voz alta».

Capítulo 57:

—¿Y por qué debería haberlo hecho? —preguntó Lali alegremente tras retirar la mano de la espalda de Peter. «No voy a volver a ver a esta gente en mi vida, que les den», pensó.

—¿Que por qué no iba a entrar en la empresa de la familia? —repitió Claudia enarcando una ceja, lo que molestó a Lali porque ella no podía hacerlo—. Porque es la tradición.

—No —dijo Lali y a Bárbara se le abrieron aún más los ojos—. Sería una equivocación. Hace lo que tiene que hacer —se volteó para mirar a Peter y lo encontró viendo la nada, al espacio que había entre Bárbara y Tomás. «Está ido», pensó y miró a Tomás, que seguía mirándolos a todos con el tenedor en la mano. No era de extrañar que vomitara a todas horas.

—¿Te parece una equivocación entrar en un estudio de abogados respetado y prestigioso? Tonterías, es la tradición de los Lanzani —aseguró Juan aclarándose la voz.

—¿Usted entró en el negocio de su padre? Creía que lo habían fundado usted y su socio.
Al otro lado de la mesa, Bárbara hizo lo imposible y consiguió que su imperturbable cara lo fuera aún más.

—Así fue —intervino Jaime indignado—. Ellos comenzaron la tradición.

—No creo que dos generaciones constituyan una tradición —aseguro Lali intentando dar un tono intelectual a su voz, como si lo estuviera meditando—. ¿Tu quieres ser abogado, Tomás?

—No, quiero ser ictiólogo.

—¿Peces?—le preguntó Lali.

—Sí —dijo Tomás levantando la barbilla y sonriendo.

—Me alegro.

—Tomás es un niño. La semana que viene querrá ser bombero —comentó Claudia sonriendo a su nieto casi con simpatía.

—No, la semana que viene querré ser ictiólogo —aseguró éste antes de acabar su comida.
«Te quiero, campeón», pensó Lali.

—Tomás. ¿Por qué no te vas a comer el postre a la cocina con Silvia? —le propuso Claudia.

—Dale. ¿Me permiten?

—Sí, amor —dijo su abuela y Lali pensó: «Suertudo»—. Perdona que te haya interrumpido, Mariana. ¿Qué estabas diciendo? —preguntó girándose para mirarla con su reptilesca sonrisa como si quisiera decirle: «Es tu oportunidad para retractarte».
Lali le devolvió la sonrisa. «Que te den».

—Decía que si analiza la situación se dará cuenta de que es imposible que Peter entrara en la empresa —Juan dejó el tenedor en la mesa y Lali cogió su copa—. Para empezar es el menor. Los mayores suelen seguir los pasos de la familia porque lo que buscan es complacer —afirmó mirando a Jaime—. Por eso suelen triunfar —tomo un trago del vino mientras todos la miraban con diferentes grados de frialdad—. También suelen llevarse la mejor parte en cuestión de atención y respeto, con lo que su éxito se convierte en una especie de predicción que por su propia naturaleza contribuye a cumplirse. Pero los menores saben que tienen que ser más exigentes para que les presten atención y por eso rompen las reglas.

—Supongo que tu psicología no es profesional —dijo Juan sonriéndole sin ninguna calidez.

—No, es más bien un hecho. Incluso hay pruebas anecdóticas. Se remonta al mito y la leyenda. En los cuentos de hadas siempre es el hijo más joven el que se va para buscar fortuna.

—¿Cuentos de hadas? —comentó Jaime soltando una risita tonta mientras Bárbara seguía imitando a una lechuza congelada.

—Piense en la personalidad de Peter. Sus amigos me han dicho que jamás pierde una apuesta. La reacción instintiva ante eso es pensar que es un jugador, pero no lo es. Si lo fuera habría perdido la mitad de las veces. En vez de eso, calcula las probabilidades y sólo se arriesga cuando sabe que puede sacar provecho —miró a Jaime—. Como hijo menor en la empresa de la familia nunca llegaría al puesto más alto. Es un riesgo que no le conviene, no creo que se haya planteado entrar en la empresa.

—Habría sido socio —dijo Juan dejando de fingir que aquello era una conversación trivial.

—Puede que tercer socio, después de usted y Jaime. Además tendría que competir con su socio y sus hijos. Dentro de la familia siempre será el pequeño. Tenía que quedarse fuera y, por supuesto, está el tema de la dislexia.

El silencio en la mesa fue tan glacial que Lali se sorprendió de que no se hubieran llenado de escarcha. Volvió a coger el cuchillo y el tenedor para cortar un nuevo bocado pensando que ojalá pudiera pedir una cajita de plástico para la comida e irse a casa.

—Preferimos no hablar de la discapacidad de Peter —le comunicó Claudia de forma tajante.
Lali se tomó su tiempo con la carne y después tragó.

—¿Por qué? Es parte de su ser, lo ayudó a ser quien es. No tiene por qué avergonzarse. Más del diez por ciento de la población es disléxica, no es nada raro. Y en buena parte es la razón por la que abrió su negocio. El noventa y nueve por ciento de los disléxicos son autónomos. Necesitan controlar el entorno en el que trabajan porque los ambientes normales de trabajo no se preocupan por sus necesidades. Y suelen ser muy buenos porque normalmente son inteligentes y empáticos. Tiene un hijo que es inteligente, trabajador, triunfador, popular, sano, encantador y extremadamente guapo. Me extraña que no enseñen su fotografía a los amigos para presumir de él —se giró hacia Peter y vio que la miraba con cara inexpresiva—. Si fuera mi hijo, yo sí presumiría de él.

—Por supuesto que estamos muy orgullosos de Peter —replicó Claudia con voz lúgubre.

—Buenísimo —dijo Lali—. También tiene razón en lo de la carne, está muy deliciosa.

—Gracias —dijo Claudia antes de mirar a Jaime y preguntarle por su trabajo. Quince minutos después sirvieron los postres. Jaime, Claudia y Juan hablaron de la empresa, Peter siguió callado, Bárbara se comió tres rodajas de zanahoria y se tomó todo su vino y Lali estaba harta.

—La verdad es que había quedado con Tomás, así que si me perdonan, iré a verlo —dijo dejando la servilleta al lado del plato antes de levantarse para dirigirse a la cocina.
Tomás estaba terminándose el helado bajo la atenta mirada de la mujer que les había servido la cena.

—¡Hola chico de los peces! ¿Queda algo de eso?

—Es ésta, Silvia —dijo Tomás mirando a la mujer.

—Ya. ¿Qué quiere con el helado? —preguntó estudiándola de pies a cabeza.

—Chocolate. El chocolate siempre es bueno—dijo sentándose frente a Tomás.

Este terminó lo que quedaba en la copa con una cuchara y después se quedó mirándola, con la misma cara de buho que su madre, hasta que Silvia le sirvió el helado. Había muchísimo.

—Gracias. Por cierto, me llamo Lali —se presentó ofreciéndole la mano.

—Silvia —dijo estrechándosela—. Cómaselo antes de que se derrita.

Lali asintió con la cabeza y hundió la cuchara. Estaba delicioso, suave y excesivamente grasoso, y el chocolate exquisitamente ligero y amargo. Tenía que reconocerlo, Claudia Lanzani hacía una comida excelente.

—¿Se atrevió a contestarle a la Reina del hielo?—preguntó Silvia apoyándose en el lavadero.
Lali pensó en hacer como si no entendiera, pero, luego contestó.

—No estaba de acuerdo con ella.

—No volverá a esta casa —sentenció Silvia.

—¡Por supuesto que no!

—¿Pero vendrás al parque? —preguntó Tomás asustado.

—Sí, aunque no sé si tu tío Peter quiera volverme a hablar.

—Parece buena persona. Es reservado. No lo vemos mucho por aquí —le informó Silvia.

—Me imagino. Hola —saludó a Peter, que acababa de entrar—. Tu madre tiene un gusto maravilloso para el helado. Lo que, ahora que lo pienso, tiene sentido.
Peter asintió con cara inexpresiva.

—¿Estás lista?
Lali miró su recipiente de azúcar y grasa de primera clase y suspiró.

—Sí —dijo, y dejó obedientemente la cuchara. Debía de tener muchas ganas de salir de allí.

—¿Puedo comerme tu helado? —preguntó Tomás cuando Peter ya estaba en la entrada.

—¿Vomitarás?

—El helado no.

—Come hasta cansarte. Encantada de haberte conocido, Silvia.

—Igualmente. Buena suerte.

Se reunió con Peter en la puerta y éste la abrió sin decir nada. Casi estaban en las escaleras cuando Bárbara apareció en la entrada.

—¿Todo bien? —Peter meneó la cabeza y Bárbara le sonrió a Lali—. Me alegro de haberte vuelto a ver —dijo como si realmente lo sintiera. Peter siguió bajando los escalones, Bárbara desapareció y Lali lo siguió, segura de que iban a discutir.

Lali no se arrepentía de nada. Entró al auto y se recostó en el asiento de cuero. Bueno, extrañaría aquel automóvil y la comida, aunque siempre podía ir donde Emilio sin Peter.

Peter subió, dio un portazo y se quedó quieto un momento. Lali miró su tenso perfil y pensó: «A ti también te voy a extrañar».

Continuará…

14 comentarios:

  1. Que no se enoje!!! Mas me encanta!

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  2. necesito masssssssssssssssssss me EN-CAN-TA MASmasMAS

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  3. Oh por Dios! Buena Lali!
    Que familia tienen los dos!

    Oh, oh... Espero que Peter solos ste tenso por el shock, pero todo quede bien!
    Me encanto, espero más.

    Besos, te quiero

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  4. haaa espero que no se enoje
    ++++++
    @x_ferreyra7

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  5. Se jugó lali,para mí P no sólo no se enoja sino q la besa en premio!!!!!#Suegras una especie diferente,JAJA y aqui un buen modelo de ello!

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  6. Pa mi que Peter mo esta enfadao con Lali sino cn sus padres. A saber que han dicho mientras Lali no estaba. Creo que lo que va a hacer Peter ahora es comerle la boca a su querida acompañante porq si le quedaba alguna duda de que "es ella, idiota" se han esfumado todaa. Espero maas

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  7. Yo creo que sí se ha enfadado aunque piense que Lali tiene razón. . .creo que aquí se ha terminado su historia, esto los va a separar me da a mi. . .

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  8. Ooooostras k repaso les dio Lali!!!!,muy bien merecido.
    Yo creo k Peter la besa allí mismo ,xk seguro el no tuvo nunca los coj......d enfrentarse así a sus padres,y ante tamaña defensa......si no lo hace, si k pensaré k es un tonto ,y un necio.

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  9. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas... =D

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  10. Me quiero imaginar que Peter NO se va enojar con Lali? lo único que hizo fue defenderlo!! Espero el proximo capítulo!!!!

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  11. JAJAJ q risa ver q la mayoria pensamos q la va es a besar ojala q asi sea,lindo capi un aplauso para lali q bien q le dijiera todo eso q al fin y alcabo es la verdad

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  12. Pobre Peter, qué familia!!!!

    Quiero más!
    Lore

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