lunes, 8 de septiembre de 2014

Capítulo 62


Hola, hola!!!! ¡Buen lunes para todas! Espero que estén empezando la semana con ganas y el pie derecho!!!! Hoy, doblete para Vale!!!! Feliz cumple amiga, que la pases increíble en tu día y disfrutes con toda la gente que te quiere!!!! Besos y hasta más tarde!!!!

Twitter: @Caparatodos
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—Lalita, respecto a esa historia de ser amigos... —empezó a decir, pero ella lo empujó y cerró la puerta para no decirle: «Olvídalo y hazme el amor».
Porque aquello, pensó mientras volvía con Elvis, no estaría bien.

Capítulo 62:

El miércoles por la tarde, a las siete, Benjamín con la camisa remangada intentando encontrar dos envíos que se habían perdido y pensando en cómo podría volver a ver a Lali, cuando la puerta de su oficina se abrió y apareció Melisa con un sastre rosado.

—Ah, eres tú, qué bien —la saludó con voz inexpresiva.

—Siguen saliendo. Se suponía que ibas a hacer algo.

—Y lo hice, pero me dijo que no. Y dejé la corbata, pero Peter me la devolvió por mensajero, así que eso tampoco funcionó. A pesar de todo, me dijo que no pensaba acostarse con él, así que si esperamos...

—Bueno… a ver si te esperabas ésta. Peter la llevó a casa de sus padres para que conociera a su mamá.

—¿Qué? —exclamó Benjamín incorporándose en la silla sintiendo un escalofrío en la espalda.

—A mí me costó siete meses y ella lo logró en tres semanas. Lo estoy perdiendo.

—Su madre —repitió Benjamín al tiempo que pensaba: «El muy idiota está dispuesto a hacer lo que sea por ganar la apuesta»—. ¡Dios! —Benjamín la miró, sorprendido de haberlo exclamado en voz alta—. Lo siento.

—No, no lo sientes, estás furioso.

—Sí, lo estoy —pensó en Peter Lanzani y se enfureció aún más. Alguien debería frenar a tipos como él—. ¿Y qué se supone que debo hacer?

—Luchar por ella. Es tu novia, consigue que vuelva contigo.

—Ya entendí, pero le gusta Peter —aseguró dando rienda suelta a su indignación.

—Eres el tipo más pasivo que conocí en mi vida. No me extraña que no se acostara contigo. Seguramente ni se lo pedirías.

—Muchas gracias. Me parece genial viniendo de alguien a quien dejaron después de tener que insistir para acostarse con él durante nueve meses. No creo que lo de ser agresiva te funcionara. Puede que seas tú la que tiene problemas de atracción.

—Mira, tengo un cuerpo perfecto y soy muy buena en la cama.

—Lo dudo. No te molestes en abrirte el saco otra vez. Ya conozco la táctica.

—¡Idiota!

—¡Que te den, Melisa! ¿Qué esperabas? Entras aquí gritándome e insultándome porque tu ex ha llevado a la mujer que quiero a conocer a su madre. Si quieres poner fin a esa historia, haz que vuelva contigo. Desabróchate el saco delante de él —se calló y cerró los ojos—. Mira, estoy cansado, deprimido y hace tres meses que no me acuesto con nadie. Devuélvele tu cuerpo perfecto al tipo que tenía unas perfectas relaciones sexuales contigo. Tengo cosas que hacer.
Como Melisa no decía nada, Benjamín abrió los ojos. Melisa lo miraba con el ceño fruncido.

—No se acuestan.

—Ya lo sé. Así que nadie está logrando nada. Buenísimo. Lárgate.

—Lo sé por la forma en que se comportan cuando están juntos. Acabo de estar en Azaroso y Lali estaba con Peter. Los estuve observando. No se han acostado. Se sabe porque la gente se toca de otra forma cuando han estado, se relajan, se... No lo han hecho. Todavía podemos conseguir que vuelvan. Conozco un buen afrodisíaco.

—Sí, desabrocharte el saco.

—No —dijo Melisa, que estaba tan cerca de él que casi lo tocaba—. El dolor. Si la alegría no funciona, inténtalo con el dolor. Los celos. Es un impulso fisiológico muy poderoso. Los escuché decir que iban a ir a lo de Emilio. Nosotros vamos a ir también.

—Melisa no... —empezó a decir mientras retrocedía y tropezaba con la mesa.

—Pero antes vamos a follar.
Benjamín se quedó paralizado.

—Yo también llevo tres meses sin acostarme con nadie. Así que vamos a  tener un momento increíble, potente y sudoroso aquí mismo. Después iremos a cenar y Peter lo notará. La gente se ve diferente después del sexo.

—Gracias, pero no creo que... —empezó a decir tragando saliva. Melisa se desabrochó el saco y dejó ver un brillante sujetador de color rosa tan transparente que seguro que estaba prohibido en varios lugares—... consigamos nada aparte de sentirnos como unos idiotas... —Melisa dejó caer su saco y abrió el cierre de la falda—... después de la excitación física...
La falda se deslizó por sus extraordinarias piernas y Benjamín contempló el cuerpo más perfecto que había visto en su vida.

—No me vas a rechazar —dijo Melisa acercándose a él.

—Creo que no —contestó Benjamín dejándose arrastrar hasta el suelo.


Cuando entraron a Azaroso, Lali notó que se sentía extraña en compañía de Ana. Como dos mundos que colisionan. A Ana le pareció nuevo todo lo que vio a su alrededor, le sonrió a Sonia feliz de la vida, rió con lo que contaba Agustín, miró a Peter con aprobación y preguntó dónde estaba María, como si deseara que todos los protagonistas de la vida de su hermana estuvieran presentes.

—Está trabajando —le explicó Agustín—. Está decidida a modernizar los turnos en el restaurante de Emilio y dejar las comidas para más adelante. No la he visto desde que empezó.

—Deberíamos ir allí, así podríamos verla —propuso Victorio.

—No me gustaría... —empezó a decir Agustín, pero Lali lo interrumpió.

—Me parece una buena idea. Tengo hambre y Ana no conoce el restaurante.

—Esta gente es muy simpática. No sabía que tuvieras unos amigos tan geniales —le comentó Ana a Lali mientras caminaban unas cuadras para ir a comer.

—Bueno, no es un grupo en realidad —dijo Lali, pero se dio cuenta de que su hermana tenía razón, que se sentía igual de relajada con Agustín que con Peter y que había aceptado a Victorio como el hermano político honorífico que Candela iba a hacer de él.

María los recibió en la puerta con un vestido negro cortito que parecía haberle costado un millón de dólares, pero por el que seguramente habría pagado nada en alguna rebaja.

—Bienvenidos a Emilio’s —los saludó guiñándole un ojo a Ana—. Te va a encantar —le dijo a ésta.

—No sé —comentó Peter en voz baja detrás de Lali y Ana—. Me han comentado que sirve una vendona.

—Se suponía que no se lo ibas a decir a nadie —protestó Ana dándole un codazo a Lali, Peter sonrió y Ana comenzó a reír.

—Qué tiernos —dijo Lali.
Después de que María los acompañara a una mesa al lado de la ventana, apareció Bernardo, impecablemente vestido.

—Hola, me llamo Bernardo y esta noche seré su mozo.

—¿Bernardo? —preguntó Peter.

—Señor Lanzani —saludó Bernardo con mirada feroz.

—No dejes que los clientes te intimiden —le aconsejó María poniéndole una mano en el brazo—. Recuerda que eres mejor que ellos.

—Sí, María —dijo Bernardo emanando adoración por todos los poros de su cuerpo.

—¡Por Dios! —exclamó Peter.

—Aunque con el señor Lanzani tienes permiso para ser maleducado —lo autorizó.

—Genial —aceptó dándole un golpecito en la nuca a Peter con la carta, lo que provocó la risa de Ana.

—¿Qué sitio es éste? —preguntó ésta mirando a su alrededor.


Continuará…

11 comentarios:

  1. o si doblete,me encanta cuando hay doblete,te diría q es mi cumple para q hagas otro,pero yo ya cumplió así q no,pero si quieres hacer uno no me enojo jajja

    bueno el capi ganas de patearles el c---u---l---o a benjamin y a melisa XD q se queden juntos estos dos y dejen en paz a los demás..





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  2. Los amo.... encantada con la relación que van armando entre todos! Mas!

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  3. Por fin Ana salio de ese mundo de cuento que se ha creado pero que en realidad no existe. Quizas no haya boda jajaja

    espero el proximooo vivan los dobletes cumpleañeros

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  4. Jajajja quiero más!
    Lore

    PD: Saludos a la cumpleañera!!!!

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  5. jajajaja maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas... =D

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  6. Mil gracias por tus muchas felicitaciones! :) te quierooooo!
    Besos

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  7. Jajjajaja,Bernardo k cambio.
    Han formado un verdadero grupito

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