miércoles, 29 de mayo de 2013

Capítulo 17




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—¿Motivos religiosos? —preguntó de todos modos aunque, sabía que se iba a arrepentir.

Capítulo 17:

—Para buscar la verdad y la iluminación espiritual —explicó—. Para romper los límites de la mente en busca de un conocimiento superior y la paz espiritual.

«Sí, se arrepentía.»

—Para explorar la conexión cósmica entre lo bueno y lo malo, la vida y la muerte...

—Para conocer otras culturas. Para llegar adonde nadie ha ido antes — añadió él en tono condescendiente—. Tú y Kira de Star Trek parecen tener bastante en común—. La sonrisa de Lali fue sustituida por un ceño fruncido—. ¿Qué hay en ese baúl? —preguntó.

—Luces de Navidad.

—¿Cuándo fue la última vez que lo abriste?

—En Navidad.

Un movimiento detrás de Lali desvió la atención de Peter al mostrador de la parte delantera y observó cómo Ignacio caminaba hacia la caja registradora y la abría con un golpe seco.

—Tengo algunos encargos por hacer esta mañana, Lali —dijo Ignacio llenando su billetera de dinero—. Para las tres debería estar de vuelta.

Lali se dio la vuelta y miró a su socio. La tensión se palpaba en el aire, pero nadie excepto ella pareció notarlo. Se le formó un nudo en la garganta aunque, por primera vez desde que la habían arrestado, su espíritu encontró un poco de alivio. Tenía un final a la vista para aquella locura. Cuanto antes se fuera Ignacio, antes podría el detective revisarlo todo y ver que no había nada incriminador. Y entonces, por fin, saldría de la tienda y de su vida.

—Bueno, bueno. Tómate todo el tiempo que quieras. En realidad, no es necesario que vuelvas.
Ignacio miró al hombre de pie detrás de ella.

—Volveré.
Tan pronto como Ignacio se fue, Lali lo miró por encima del hombro.

—Puedes empezar, Lanzani —dijo, y dirigiéndose  la vitrina empezó a envolver el plato azul en papel de seda. Por el rabillo del ojo, lo vio sacar una libreta negra del bolsillo trasero del jean. La abrió mientras lentamente se paseaba por la tienda. Después de rellenar la primera página, pasó a la siguiente e hizo una pausa.

—¿Cuando viene a trabajar Mara Paulino? —preguntó sin levantar la mirada.

—A la una y media.
Comprobó la marca en una mantequillera, luego cerró la libreta y la guardó.

—Si Ignacio regresa temprano, entretenlo aquí contigo —dijo caminando a la oficina y cerrando la puerta detrás de él.

—¿Cómo? —preguntó ella a la tienda vacía. Si Ignacio regresaba temprano, no tenía ni idea de cómo haría para distraerlo y evitar que descubriera al detective revisando su escritorio. La verdad era que no le importaría que Ignacio regresara pronto y descubriera a Peter con las manos en la masa. Ignacio lo sabría de todas maneras. Tenía el escritorio tan ordenado que siempre sabía si alguien había tocado sus cosas.

Durante las dos horas siguientes Lali se fue poniendo cada vez más nerviosa. Cada tictac del reloj suponía un paso más al borde del colapso. Trató de concentrarse en la rutina diaria y fracasó miserablemente. Era demasiado consciente del detective buscando pruebas tras la puerta cerrada de la oficina.

Varias veces se encaminó hacia allí con la intención de asomar la cabeza por la puerta y ver qué estaba haciendo exactamente, pero siempre perdía el valor en el último momento. Se inquietaba ante el más mínimo sonido y terminó por formársele un nudo en la garganta que le impidió comer la sopa de brócoli que había llevado para almorzar. Al final, cuando Peter salió de la oficina a la una en punto, Lali estaba tan tensa que sentía deseos de gritar. En vez de hacerlo, inspiró profundamente y, en silencio, entonó el tranquilizador mantra de siete sílabas que había compuesto dieciocho años atrás para hacer frente a la muerte de su padre.

—Bueno. —Peter interrumpió su intento de relajación—. Te veré mañana por la mañana.
No debía de haber encontrado nada incriminador. Pero Lali no estaba sorprendida; no había nada que encontrar. Lo siguió a la trastienda.

—¿Te vas?
Él la miró a los ojos y curvó los labios.

—¿No me digas que vas a extrañarme?

—Obvio que no, ¿pero qué pasa con las estanterías? ¿Qué se supone que le voy a decir a Ignacio?

—Dile que mañana empiezo. —Tomó los lentes de sol del bolsillo de la camisa—. Tengo que poner un micro en el teléfono de la tienda. Mañana por la mañana vendré un poco más temprano. No me tomará más de unos minutos.

—¿Vas a poner un micro en el teléfono? ¿No necesitas una orden judicial o algo por el estilo?

—No. Sólo necesito tu permiso, que me vas a dar ahora mismo.

—No, nada de eso.
Sus cejas se juntaron y sus ojos se pusieron rígidos.

—¿Por qué no? Creo que dijiste que no tenías nada que ver con el robo del Monet de Arredondo.

—Y así es.

—Entonces no actúes como si tuvieras algo que esconder.

—No lo hago. Pero esto es una horrible invasión de mi intimidad.
Él se balanceó sobre los talones y la miró con los ojos entrecerrados.

—Sólo si eres culpable. Ahora dame permiso para probar que Ignacio y tú son inocentes.

—Tú no crees que seamos inocentes, ¿verdad?

—No —contestó sin titubear.

Le costó Dios y ayuda no decirle dónde podía meterse el micro. Estaba tan seguro de sí mismo y, sin embargo, tan equivocado. Es probable que no consiguiera absolutamente nada con las escuchas telefónicas, aunque sólo había una manera de probarlo.

—Genial —dijo—. Haz lo que quieras. Pon una cámara de vídeo. Usa un detector. Saca las esposas.

—Eso será suficiente por ahora. —Peter abrió la puerta trasera y se puso los lentes—. Guardo las esposas para sospechosas reacias que necesitan un poco de tortura. —Las líneas sensuales de sus labios se curvaron en una sonrisa provocativa que podría hacer que cualquier mujer casi lo perdonara por esposarla y encarcelarla—. ¿Estás interesada?

Lali se miró los pies escapando del efecto hipnótico de su sonrisa, horrorizada de que él pudiera afectarla de aquella manera.

Continuará…

18 comentarios:

  1. ame el capítulo!! Lali esta cayendo en los encantos de Peter!! me encanto el capítulo!
    espero el proximo

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  2. OPA!! ESO SONO MAL AJJAJA, eso de " guardo las esposas para sospechosas reacias que necesitan un poco de tortura" y "estas interesada" me sonaron a zarpado ajajjaja!!!Espero mas!besos!Giu

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  3. jajajajaja
    naaaa....ese final mato!!
    beso

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  4. Quieerro mas, me encanta :))

    Arii

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  5. Ja ja me encanta la tensión que hay entre los dos! Más!

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  6. Jajaja es bastante tentador el tema esposas, eh!
    Quiero más!
    Lore456

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  7. Ouuusuuuu!!!!!!!!!!
    Mas noveeeeeeeee

    @angiezavaleta

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  8. Te vuelvo a repetir que la actitud de este Peter me encanta jaja

    sobo medio zarpadito lo de las esposas... ya jajaja quieri ver que pasa entre esos dos!! beso Cami:)

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  9. AAYYYY MAASSSS!!!!! me encantaaaa!!!!!

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  10. De q tipo de tortura hablamos,JAJA!

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  11. Peter a todo le saca punta;no desaprovecha ocasion.

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  12. Cancheriando cancheriando van a caer los dos.. me encantaaaaaa!!!

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  13. jajajaja si yo fuera Lali me dejaría esposar jaja
    @Masi_ruth

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  14. Jaja me encanta quiero massss
    :)

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  15. yo estoy interesada!!!! yo siii cuando quiera! ♥ @LuciaVega14

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