viernes, 11 de abril de 2014

Capítulo 68


Hola, hola! ¿Cómo les va? Espero que bien! Disculpen por la hora pero la verdad últimamente a mi día le faltan horas y muchas cosas más… :/ Gracias por leer!!!! Besos y, Dios mediante, hasta mañana!

P.D.: Ximena tiene nove en http://novelaliter07.blogspot.com si pueden dense una vuelta por su blog!

Twitter: @Caparatodos
____________________________________________________

—Vamos, linda —le dijo Nadia a la sorprendida Lali—. Lo que necesitas es una buena taza de café y mi brownie especial de chocolate doble. —Llevó a Lali a la cocina, que la siguió con piernas de gelatina y sabiendo que necesitaba azúcar para que la sangre volviera a llegarle a la cabeza.

Capítulo 68:

Sergio Muente metió un dedo en el agua templada de la vieja y oxidada tina y, con un gemido, puso los ojos en blanco. Se estremeció. ¡Dios, qué frío! Pensó con pesar en su casa y su recién estrenado jacuzzi.
Claro que los muertos no necesitaban un jacuzzi, se recordó a sí mismo.

No era la primera vez que Sergio Muente se arrepentía. Se lamentaba de que lo hubiera tentado el dinero, de haber desperdiciado sus años de estudio de bioquímica. Se arrepentía de que su vida se hubiera desviado tanto.

Aun ahora, apenas podía creer lo fácil que había sido caer. Un par de favores poco significativos, como, por ejemplo, unos cuantos fármacos para un par de fiestas, a cambio de poder usar un departamento en Punta del Este un par de años después. Más favores luego, algo más sustanciales esta vez, y un Audi nuevecito a cambio. Y, de repente, pasaba más tiempo inmerso en sus... actividades extra curriculares que en el trabajo en sí, mientras el dinero no dejaba de lloverle. Y entonces todo se había descontrolado y ahí estaba, arruinando su vida.

Aun así, una vieja bañera era mucho mejor que un ataúd. Le estaban dando una segunda oportunidad y por Dios que, esta vez, iba a hacerlo bien. Cuando todo este lío hubiera acabado, y una vez hubiera testificado, se... se dedicaría a hacer buenas obras.

No del todo seguro de qué englobaban las buenas obras, Muente reflexionó sobre cómo podría hacer borrón y cuenta nueva. Y lo único que se le vino a la mente fue la Cruz Roja. «¡Sí!», pensó con emoción. Los trabajadores de la Cruz Roja eran almas delicadas que recorrían el mundo en busca de vidas que salvar. Seguro que se trataba de un trabajo estresante; seguro que necesitaban un poco de ayuda para luchar contra todas las adversidades, terremotos, hambrunas y guerras. «A ver, —pensó—, podría prepararles un cocktailcito que les hiciera sentir mejor. Unos miligramos de desipramina y feniletilamina para el estrés, una pizca de serotonina e inhibidores para sentirse mejor y olvidarse de toda esa fealdad. Con eso bastaría».

Abrió el caño del agua caliente un poco más. Mientras Muente pensaba felizmente en una forma mejor de ejercer de bioquímico, un sensor minúsculo e indetectable salvo con un microscopio de electrones hizo que un semiconductor pasara a ser conductor, en lugar de insulador. Un cable con corriente que había sido deshilachado con tal cuidado que ni el microscopio más potente podría detectar que se había hecho a propósito, se zambulló inmediatamente en la caldera.

Cuando Sergio Muente se sumergió por fin en el baño de agua caliente, la corriente le paralizó el corazón, le hirvió la sangre de las venas y frió uno de los cerebros farmacéuticos más brillantes de nuestro siglo.
* * *
—Bueno —dijo Beatriz una hora después, apoyando las manos en las caderas—. Esto ya es otra cosa. —Miró a su alrededor con gesto de aprobación, observando los cambios que se habían hecho en las últimas cuarenta y ocho horas en El Lugar de Mecha; ahora ya, oficialmente, Sortie.

Lali miró a su alrededor también, aunque estaba más concentrada en Peter. Cada vez que se daba la vuelta, ahí estaba, alcanzándole un cepillo, mezclando la pintura por ella o, por lo general, volviéndola loca de deseo. Había logrado agarrarle la mano, tocarle la nuca y pasarle una mano por la espalda hasta que se sintió sensibilizada, casi magnetizada por su presencia. Sentía su presencia por la forma en que se le erizaba el pelo de la nuca.

—Hmm —respondió como en un sueño. Peter estaba justo detrás de ella y podía sentir el calor de su cuerpo. Lali estaba intentando hacerse la indiferente, pero le estaba costando tanto no recostarse sobre él que temblaba.
Beatriz le dio un codazo suave en las costillas.

—¿Qué te parece, Lali?

—¿Quién? —Era como si tuviera el cerebro entumecido—. ¿Qué?

—La cafetería... o, más bien, el restaurante —dijo Beatriz con paciencia—. ¿Qué te parece?

—Yo... —Lali miró a su alrededor e intentó centrarse.

Habían hecho ya la mayoría del trabajo. Las paredes estaban pintadas, los mostradores listos y los helechos plantados. Todo olía y parecía fresco y nuevo. La irregular capa de pintura y las mesas ligeramente ladeadas pasaban totalmente desapercibidas. Euge se había pasado con los helechos y Lali no pudo evitar pensar que los clientes en potencia iban a tener que venir con machetes en mano. Aun así, tenía cierto encanto.

—Es genial —dijo.

—Bonito. —La voz de Peter resonó a su espalda, provocándole un escalofrío. Lali respiró hondo para calmarse.

—¿Crees que podrías hacer algo con nuestra tienda? —le preguntó Beatriz a Lali.

—¿Con su... tienda? —preguntó ésta con los nervios a flor de piel. Peter se había acercado un poco más. Le puso una mano en el hombro y el pulso se le desbocó.

—Sí, ya sabes... modernizarla o algo así. —Beatriz movió la mano—. Esto ha quedado tan bonito...
Lali vio en los ojos de Beatriz la misma mirada que había visto en los de Euge y, pese a que Peter estaba distrayéndola, le interesó el asunto.

—Bueno...

—¿Sí? —dijo Beatriz con entusiasmo—. ¿Qué me dices?

—No estoy muy segura de que deban modernizarse. A lo mejor deberían convertir la tienda en una de esos emporios maravillosos y pasados de moda, como los de las películas. Podrían volver a pintar el mostrador y poner vitrinas de vidrio dentro, para enseñar la mercancía. Y podrían meter los productos en barriles y botes. Y luego...

—¡A ver, chicos! —Santiago dio un par de palmadas con fuerza—. Dejen todos los picos y las palas en el suelo; ya va siendo hora de salir de las minas. Nadia nos ha preparado a todos un verdadero manjar.

Hubo un alboroto para ver quién llegaba antes a las mesas de caballete que había junto a la pared. Lali se encontró de repente junto a una de ellas, luego Leonardo le puso un plato en las manos y agarró un palito.

—Mmm —dijo, y cerró los ojos. —Está bueno, ¿no? —preguntó Leonardo con orgullo.

—Maravilloso —dijo con veneración, y volvió a morder el pollo al curry—. Si es una muestra de las dotes culinarias de Nadia, el restaurante va a ser un verdadero éxito.

—Para mí ya lo es —dijo Leonardo sonriendo—. Ha hecho que Nadia saliera de la cama y volviera a mostrar interés por algo. Si el restaurante no consigue clientes, soy capaz de pedir cuarenta comidas al día para mantenerlas ocupadas. Sólo con volver a ver a Nadia sonreír, vale la pena.

—Sí. —Lali observó a Nadia, que servía platos de comida a todo el mundo con entusiasmo.

—Tengo que agradecerte esto —dijo Leonardo.

—No veo por qué —respondió Lali sorprendida—. Yo no he cocinado nada, ha sido Nadia...

—No me refiero a eso. —Leonardo movió la mano con impaciencia—. Me refiero a que eres quien le dio a Euge la idea para que redecorara el lugar y llamara a Nadia. Tanto Santiago como yo estamos mucho más agradecidos de lo que se pueda expresar con palabras. Si algún día necesitas algo, cualquier cosa, cuenta con nosotros.

—Oh, no, de verdad. —Sintió que se ponía colorada—. No he hecho nada... —Se le quebró la voz.

Peter estaba en la puerta de entrada. Uno de sus hombres, uno alto y larguirucho que se llamaba Santiago, lo había llamado para que saliera. Tenían problemas para colgar el cartel y Peter había desaparecido. Ahora volvía a estar ahí, más largo que la vida, quitándose los guantes de trabajo y examinando la habitación con sus ojos negros hasta que la vio. Sus miradas se encontraron. Lali sintió que le recorría una oleada de emoción y el cuerpo se le tensó, anticipando lo que vendría después.

Peter empezó a atravesar el restaurante y Leonardo cogió al vuelo el vaso que se le había resbalado a Lali de las manos. Volvió a dejarlo encima de la mesa, con cara de póquer.

—Ehh... tengo que ir a hablar con alguien —dijo Leonardo—. Sobre algo. Ahora te veo.

—¿Qué? —Lali se giró hacia él sin verlo—. Ah, ok. Claro, está bien.

«Buenísimo», fue todo lo que pudo pensar Lali al ver que Peter se le acercaba despacio, bloqueándole la vista del resto. Su expresión era dura, como siempre. Quería tocarle la cara, tratar de borrarle esas arrugas de expresión y acariciarle la dura y preciosa boca con el dedo.
Peter se le acercó tanto que tuvo que ladear la cabeza.

—Ven conmigo —le dijo—. Ahora.

—Sí, Peter —susurró Lali, dejando el palito de pollo encima de la mesa.
Peter la agarró de la mano y se la llevó por la puerta, hacia la camioneta negra.

—¿Dónde vamos? —preguntó Lali.
Peter prácticamente la metió corriendo en la camioneta, se subió y salió de allí quemando llantas.

—A tu casa —le dijo con firmeza—. Esta vez vamos a hacerlo bien. Vamos a disfrutarnos toda la noche


Continuará…

16 comentarios:

  1. aa me encantooo :D
    ajajaj a Peter nunca se le va a caer un te extrañe, te quiero o algo nose ... ojo que lali tampoco se queda atras he, onda ACEPTEN QUE SE ENAMORARON LOCO jajaj se re sacaba
    maaasss amoo tu nove :D
    @x_ferreyra07

    ResponderEliminar
  2. Van a explotar estos doss!
    Mas novee

    ResponderEliminar
  3. Abstinencia? jajajaja
    Me encanta que Lali con pequeñas cosas ayude a sus nuevos "amigos" está demás decir que cuando explote todo por los aires con el sicario que la está buscando, va a tener más de un defensor
    Quiero más!
    Lore

    ResponderEliminar
  4. quiere festejar con todo su vuelta peter
    pero no me enojo si alguno de los 2 dijera alguna palabra tierna
    beso

    ResponderEliminar
  5. MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!! MARATON TON TON !!!

    ResponderEliminar
  6. MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!
    MARATON TON TON !!!

    ResponderEliminar
  7. Pero miraloooo que la echaba de menos jajaja

    espero mas novee

    ResponderEliminar
  8. Que tiernos son!!!! Por favor!! No nos dejes asiiii, yo también opto por Maratón. Una pregunta, eres de Ciencias? Jajajja se nota que dominas del tema.
    @Happiness_TA

    ResponderEliminar
  9. Lina (@Lina_AR12)12 de abril de 2014, 4:56

    JAJA mucho se aguanto ese rato frente a todos pero esta q explota,JAJAJA y ella derretida ...buena combinacion para la combustion!

    ResponderEliminar
  10. Jajaj la extraño?? Otroo :))

    Arii

    ResponderEliminar
  11. Jaja estan prendidos fuego! Me encanto el cap espero el prox geniaa :)

    ResponderEliminar
  12. Jajjaa las hormonas!!!
    Segui!!
    @gbv_17

    ResponderEliminar
  13. AYyyyyyyy por dios no me dejes asi!!!! me encanto el cap estan que hechan FUEGO!
    Vas a hacer maraton? me encantaria!
    gracias por los capisssss besos!!!
    ah re que siempre comento lo mismo.pero enserio ME EN-CAN-TAN!!! y gracias!!! te tomas el trabajo de hacer todo esto y de verdad lo disfrutamos!

    ResponderEliminar
  14. Jajaajajaaja Pwter en abstinencia!!!! Maratonnnnnnm quieromas nove. Amarla es poco

    ResponderEliminar