miércoles, 23 de abril de 2014

Capítulo 80


Hola, hola!!!!! ¿Cómo las trató el día? Espero que bien!!! Gracias por sus comentarios! Me encanta que interactúen con los comentarios, son lo más, sépanlo!!!! :D Un beso y hasta mañana! 

Twitter: @Caparatodos
____________________________________________________

—Supongo que eso significa que de verdad te importó —susurró Lali al cabo de un rato.
Peter sonrió con tristeza.

—Supongo que sí.

Capítulo 80:

—¡Uff! —Dos tardes despúes Peter rodaba sobre su hombro. Agradeció de inmediato las colchonetas que había puesto en la sala de Lali para practicar Aikido.

—¡Lo logré! —gritó Lali, subiéndose a horcajadas sobre Peter y golpeando el aire, fascinada—. ¡Lo hice! ¡Te tiré! —Se levantó y realizó un bailecito triunfal, golpeando con ferocidad a enemigos imaginarios.

—Y, sí… Lo lograste. —Peter sonrió y se levantó. Le encantaba verla así de feliz y triunfal.

Le había costado tirarse al suelo sin que se notara, pero había valido la pena. Ya se sabía un par de llaves básicas, y Peter empezaba a convencerse de que podría derrumbar a un atacante poco entrenado. Uno muy débil y poco entrenado. Pero quería que supiera lo que se sentía tumbando a alguien, que ganara confianza.
Lali estaba tarareando la canción de Rocky y golpeaba el aire como si fuera una campeona de pesos pesados.

—No eres tan fuerte como crees, grandulón —dijo y se comenzó a reír.
Peter sonrió.

—Supongo que no; aunque es algo humillante.

—Quiero un premio por haber ganado. —Lo rodeó haciendo como que boxeaba—. Si no quieres que te dé una paliza.

—Me tienes tiritando de miedo. —Era incapaz de resistirse a ella cuando estaba de tan buen humor—. Está bien, está bien. Dime qué quieres. Cualquier cosa.
Lali se detuvo y lo miró a los ojos.

—¿Lo dices en serio?
Sonrió ante la idea de darle algo.

—Sí, claro. Cualquier cosa. ¿Quieres un caballo? —le preguntó animado—. Tengo una yegua maravillosa de boca muy suave. Te encantará.
Lali sacudió la cabeza. Ok, caballos no.

—¿Joyas?
Volvió a sacudir la cabeza.

—¿Ropa?
Sacudió la cabeza otra vez.

—No, eso tampoco.

—¿Bueno, y qué quieres? —Si podía dárselo, se lo daría.

—Quiero ir a la fiesta de Euge.
La sonrisa se borró de los labios de inmediato.

—No —dijo—. Definitivamente no.
Ella también dejó de sonreír.

—Me habías dicho que podía tener lo que quisiera; y lo que quiero es estar allí cuando Euge y Nadia vean el éxito que es.

—No. —Peter apretó la mandíbula—. Cualquier cosa, menos eso. Puedes pedirme perlas y diamantes. Te doy mi mejor semental, si quieres. Pero no quiero verte entre la multitud el día de la fiesta. Y no hay más que hablar.
El aire se llenó de tensión. Lali dejó de bromear y se quedó quieta, muy recta.

—Trabajé durante días para renovar la cafetería. Euge es mi amiga. —Tragó con fuerza—. Si no puedo tener amigos, y no puedo ver cómo triunfan, ni hacer planes, me da igual existir o no, Peter. Poco importaría que estuviera muerta. Te lo estoy pidiendo como un favor; quiero compartir al menos parte de ese día con Euge. Sólo un ratito. —Lo buscó con la mirada—. Por favor, Peter.

—¡Ahhh! —Peter quería golpear algo. Sabía muy bien qué le estaba pidiendo; y era una locura. Pero también sabía lo mucho que se lo merecía, lo que significaría para ella, para Euge y Nadia, que estuviera allí el día de la fiesta.
No volvió a suplicárselo; dejó la pelota en su cancha, que decidiera qué hacer. Era una locura, pero se merecía estar allí.
«No quiero hacerlo, —pensó—. No quiero decirlo». Pero lo hizo.

—Ok, está bien, vamos.

—¡Ay, Peter! —La espantosa sensación de haber cometido un error cediendo casi valió la pena por ver cómo se le iluminaba el rostro—. Ay, Peter, ¡gracias! —Lali lo abrazó—. Llevo tanto tiempo deseándolo. Sé lo mucho que ha trabajado Nadia para hacer el menú y va a ser... —Se detuvo y lo miró con cuidado—. Me dijiste que no quieres que esté cerca de ningún extraño.

—Ya lo sé.

—Quiero decir que la idea de la reunión de mujeres te aterraba.
Apretó la mandíbula.

—Sí.

—Así que esta es una concesión enorme de tu parte —dijo.

—Sí.

—Es nuestra segunda pelea.

—Sí.

—Y has cedido. Dijiste que sí.

—Ehh...

—Sólo será una tarde, Peter —dijo Lali—. Un par de horas. Y a lo mejor tú también podrías venir.

—Por supuesto que iré. —Peter se la quedó mirando. ¿Cómo podría pensar lo contrario? Estaría allí... y armado. Igual que Pablo, Salvador, Alonso  y Santiago. Iba a ser todo lo seguro que pudiera.

—Bueno, me alegro de que cambiaras de opinión. —Le sonrió y él la abrazó con fuerza. Al cabo de un rato, le dijo—: Me alegra saber que no siempre eres tan terco.

—Gracias —respondió forzando una sonrisa—. Creo.


Continuará…

12 comentarios:

  1. Jajaja me encanta!
    Quiero más!
    Lore

    ResponderEliminar
  2. Jajjaajjaaja,se agrando Lali luchadora.
    Cada vez Peter ceda más rápidamente -
    Ya me lo imagino armado hasta los dientes ese día

    ResponderEliminar
  3. Me encanta presiento que algo malo le va a pasar a lali en esa fiesta
    Subí más porfíss

    ResponderEliminar
  4. Jajaja se cree mil la peti...ajjajaa
    Me encanta que lindos....Peter..lo amo...Dios porque??!?!?!
    Lali una encantadora...seduce a Peter con sus encantos!! jajajaja
    Segui!!
    @gbv_17

    ResponderEliminar
  5. Me dan mucha risa jajaja
    Maaas novee

    ResponderEliminar
  6. jjajaja me encanta

    mas mas ma

    @x_ferreyra07

    ResponderEliminar
  7. ÷÷÷÷

    @laliteronfire

    ResponderEliminar
  8. Jajaj otrooo :)) son lindos!!

    Arii

    ResponderEliminar
  9. Lina (@Lina_AR12)24 de abril de 2014, 4:19

    Lo convenció!Q amor haciendose el vencido para subirle el ego! Parecen la bella y la bestia estos dos!Q miedo me da esacreunion!

    ResponderEliminar
  10. Esa caida me mato de risa jajajja

    y Lali otra vez, TIENE QUE CUIDAR SUS PALABRAS!! Obviamente que Peter va ha armarle un dispositivo de seguridad que ni los de las personas más importantes del planeta... espero mas noveeee y haber por donde sale la idea de ir a la fiesta

    muacksss

    ResponderEliminar