Capítulo 21

Hola, hola!!! Qué tal todo por sus lares?! Espero que bien y si empezaron clases lo esten sabiendo llevar ;) y las que no sigan disfrutando de las vacaciones hasta que puedan! Gracias por sus comentarios, de verdad son un mimo y alegra mucho leerlas! 

Les cuento, para las que no sabían, que mañana me voy de viaje... entonces, no las voy a leer por unos días pero, dios mediante, ustedes me leerán a mí! Estoy metiendole para dejar todo listo!!!! Así que mientras no esté, los capítulos se suben a las 14 Argentina // 12 Perú // 18 España ;) Que los disfruten y tengan buena semana!!! Nos leemos pronto! Besos :D

Twitter: @Caparatodos

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—Buenísimo, ahora que se lo contaste quiero que te vayas —ordenó el policía.

Casi todo lo que Joaquín decía era una orden. Lali pensó en contradecirlo porque no era asunto suyo pero miró a Peter.

—¿Tú también quieres que me vaya?

Capítulo 21:

—Eso depende de ti.

La respuesta no aclaró sus dudas. Sin embargo, ya lo había abandonado en una ocasión y no tenía intención de volverlo a hacer.

—Entonces me quedo.

Joaquín se acomodó en una de las sillas del comedor como si se preparara para una larga charla.

—Tengo todo el día, Peter. En este momento es contigo con quien tengo que hablar.

Peter ignoró la acusación implícita del policía y se dirigió al baño.

—¿Y qué significa eso, Joaquín? —preguntó Lali en cuanto Peter cerró la puerta—. No tienes todo el día. Una niña desapareció y un loco anda suelto.

—¿Y qué hace aquí una chica tan inteligente como tú? ¿Qué diría tu madre si lo supiera? Tiene razón, Peter Lanzani no es una buena persona.

Lali se llevó las manos a las caderas. Había algo en la forma en que Joaquín llevaba sus asuntos que la había molestado desde chica.

—Ahórrate el discurso. En todo caso sería yo la que debería sermonearte. Si conocieras sólo un poco a Peter no estarías perdiendo el tiempo aquí. Deberías estar averiguando lo que de verdad sucedió con la niña.

—Estoy tratando de averiguarlo. Creo que Peter puede ayudarme con mis hipótesis. ¿Por qué estás tan segura de que no estoy tras la pista correcta? ¿Te olvidaste de lo que le pasó a Erika Calderón hace doce años?

—Nunca podré olvidarlo. Sé que Peter no tuvo nada que ver porque estaba conmigo esa noche. Mis padres se habían ido de la ciudad y yo me escapé para estar con él. Volví a casa entre las tres y las cuatro de la mañana. No pudo hacerlo.

El silencio que había ocultado su secreto durante años al fin había terminado. Hubo un largo silencio. Cuando Joaquín habló, sus palabras fueron con desconfianza.

—Peter puede cuidarse de sí mismo sin que tú te metas.

—Es la verdad, Joaquín —dijo ella sorprendida de que no le creyera—. No me inventaría nunca algo así.

—Los recuerdos se nublan con el paso de los años —dijo el policía en el mismo momento en que Peter entraba en el comedor.

—¿Qué se nubla? —preguntó Peter, mirando a los dos parientes.

Joaquín hizo un gesto para expresar que lo que había dicho Lali no valía la pena ser repetido.

—Lali se empeña en que estaba contigo la noche en que secuestraron a Erika Calderón.

Peter la miró y vio que estaba desesperada porque Joaquín no le creía. Tal vez la malinterpretaba y estaba desesperada porque necesitaba su perdón. Años atrás, esa confesión hubiera significado todo para él. Habría significado que ella no se avergonzaba de lo que habían compartido. Pero, ahora, ya no significaba absolutamente nada.

—Creí que querías hablar de Luz Fonsi —dijo Peter.

No podía dejar que el pasado volviera. Sabía que Joaquín quería inculparlo por la desaparición de la niña y necesitaba tener la mente clara. Se sentía fastidiado. ¿Qué derecho tenía Joaquín a sospechar de él? ¿Qué derecho tenía la gente de Arcadia para tratarlo como si fuera un criminal?

—Será mejor que terminemos con esto pronto. Mi paciencia tiene un límite, Joaquín, y está llegando al tope. No pienso servir de chivo expiatorio de nuevo.

Lali se sentía desilusionada. Peter casi no la había mirado desde que había salido del baño. ¿No se daba cuenta de que ella era su coartada y que aquella vez no estaba dispuesta a abandonarlo? Ella era su aliada y no tenía dificultad en saber lo que estaba pensando Joaquín.

—Como ya he dicho antes, será mejor que la chica se vaya —dijo Joaquín, acrecentando la ira de Lali.

—No pienso moverme de aquí —contestó ella, sentándose cerca de Peter.

Para él era obvio que los dos parientes no se llevaban bien. Tenía la sospecha de que una de las razones que ella tenía para quedarse era provocar a Joaquín. El jefe de policía clavó sus ojos en Peter como solía hacerlo cuando quería intimidar a la gente.

—Hay una niña desaparecida y da la casualidad de que vive en tu misma calle. Quiero saber con exactitud lo que hiciste anoche. A qué hora cenaste, a qué hora te acostaste. Quiero que me cuentes todo.

Peter cruzó los brazos sobre su pecho. Una expresión ofendida y disgustada apareció en su rostro.

—Eso parece una acusación en toda regla, Joaquín. ¿Por qué quieres saber todo lo que hice anoche?

—Puedes pensar lo que quieras. Soy el jefe de policía de un pueblo tranquilo y respetuoso de la ley y de pronto desaparece una niña. La última vez que sucedió lo mismo fue la última vez que tú estabas aquí. Incluso el más estúpido puede imaginar por qué te hago estas preguntas. No creo que tú seas un estúpido.

Los dos hombres se midieron con la mirada por encima de la mesa. Su antagonismo era palpable. Lali rompió el silencio descargando un golpe sobre la mesa y atrayendo su atención.

—Eso es una estupidez, Joaquín. El jefe Indacochea habría arrestado a Peter si hubiera habido la menor prueba en su contra. ¿Nunca has pensado que no fue así porque no tuvo nada que ver con el secuestro de Erika?

—Ahora no hablamos de Erika sino de Luz Fonsi. Si continúas interviniendo en mi investigación voy a pedirte que te vayas. Y esta vez, no aceptaré un no como repuesta. Ha desaparecido una niña y pretendo averiguar lo que sucedió.

—Pero Peter no ha tenido nada que ver —insistió ella, ignorando el tono autoritario de su cuñado.

—Si es verdad, no tendrá problema en responder a mis preguntas. Sólo hago mi trabajo.

—Joaquín tiene razón —intervino Peter.

Estaba enojado porque ella había adoptado el papel de su defensora doce años tarde. Tenía que colaborar en la investigación por mucho que le molestara. Luego podría olvidarse de la estúpida idea de quedarse en Arcadia e irse de aquel lugar dejado de la mano de Dios.

—No tengo nada que ocultar y quiero saber lo que le ha pasado a Luz, como todo el mundo. ¿Qué quieres saber, Joaquín?

Continuará…