martes, 5 de agosto de 2014

Capítulo 23


Hola chicas!!!! ¿Cómo están? Espero que todo bien! Tengan buen día y ya mañana nos leemos en condiciones jajajja Besos!!!

Ari: Déjame cuando es tu cumple y por supuesto que el capítulo irá dedicado a tí!!!!! ;) y si es hoy, avísame que a lo noche subo otro!!! 

Twitter: @Caparatodos
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—Paga la apuesta primero —le exigió estirando la mano.

—Antes consigue la cita. Algo que no vas a poder hacer.

Capítulo 23:

—No, éstos son por la rubia, que no ha venido a buscarte a los cinco minutos —le aclaró Peter y Agustín suspiró y sacó la billetera.
Lali estaba mirando a Victorio, haciendo caso omiso a Peter, cuando María cogió una silla para sentarse a su derecha.

—Y, ¿qué nos cuentas de Ana? —preguntó pasándole un ron con Coca—cola light.

—La llamé hoy —contestó cogiendo su trago—. Le he preguntado si todo iba bien con Salida, quiero decir, con Susana, y me ha dicho que sí, que está saliendo con un chico muy lindo y que no tiene ningún problema con la boda. Y Calentona..., Karina habló con Susana y le ha asegurado a Ana que no pasa nada.

—¿Se está engañando a sí misma? —preguntó María al tiempo que alguien ponía una silla a la izquierda de Lali.

—¿Quién? ¿Salida, Calentona o Ana? —preguntó Lali.

—Las tres —dijo María.

—Creo que Salida tiene mucho valor, Calentona va de matona y Ana se engaña a sí misma —explicó Lali girándose para mirar quién se había sentado a su lado—. ¡Ah! —exclamó al darse cuenta de que era Peter y que dejaba dos vasos frente a él. Estaba tan guapo como hacía dos noches y sus hormonas se revolucionaban otra vez.

—Hola, jovencita —la saludó tirando de la capucha de su sweater.
María resopló y se giró para hablar con Candela por el otro lado.

—Buenísimo. Eres la primera persona que ha hecho un chiste sobre Caperucita Roja esta noche. No me volveré a poner esto en la vida.

—Rechazo... Creo que ya lo he sentido antes. ¿Qué tal la cabeza?

—El dolor va y viene. También oigo voces.

—Fantástico, así tendrás alguien con quien hablar. ¿Quiénes son Salida, Calentona y Ana y por qué tienen unos nombres tan horribles?

—Nadie que te interese —le cortó Lali cogiendo su vaso—. ¿Para qué viniste?

—Deja que adivine —le pidió Peter con sorna—. Eso es ron con Coca—cola light. El desayuno de los que están a dieta.

—¿No tienes otro sitio donde ir?

—No. El destino me ha traído aquí para enseñarte a tomar con dignidad —dijo alejando el vaso y poniéndole delante uno de los que había traído—. Whisky, tómatelo despacito.

—¿Esto es lo que entiendes por seducción? —preguntó frunciendo el ceño.

—No, no quiero caerte bien. Estoy intentando ayudarte a madurar. Las mujeres de verdad no estropean una buena bebida con gaseosa light.

—Es por la presión. Siempre pasa lo mismo.

—Toma un sorbo. Si no te gusta, te devolveré esta porquería.

—Dale —aceptó Lali encogiéndose de hombros. Tomó un trago y tosió cuando sintió el whisky en la garganta.

—He dicho un sorbo, Espósito. Se supone que lo tienes que saborear, no tragarlo.

—Gracias, ya te puedes ir —dijo cuando recuperó el habla.

—No puedo —dijo acercándose más a Lali y ésta empezó a sentir mucho calor—. Voy a proponerte un trato —Lali volvió a agarrar el whisky y tomó un sorbo, de esa forma sabía bien—. Quiero saber más cosas de Candela —dijo tan cerca de ella que prácticamente le susurró al oído.
Sintió su cálido aliento en el cuello y pestañeó.

—¿Candela? Creía que el que quería salir con ella era Victorio.

—Sí, por eso quiero saber más cosas de ella. Victorio no es... —empezó a decir mirando hacia el otro lado de la mesa— muy hábil con las mujeres. Quiero que me hables de tu amiga.

—Bueno —aceptó, dispuesta a darle a Candela unas notas excelentes.

—Aquí no —le pidió Peter, que seguía muy cerca de ella—. Pueden escucharnos. Nos vemos mañana para comer. ¿Te parece si nos encontramos en La Biela?

—Puede ser… aunque no sé si esté dentro de mi presupuesto comer ahí.

—Si no podemos hacer un picnic por los bosques. Nos vemos mañana a las doce.

—¿Por qué tengo la sensación de que necesitamos una contraseña? Yo diré «creído» y tú contestarás «pesada».

—¿Quieres saber cosas de Victorio o no?
Lali miró a Candela. Una persona que no la conociera pensaría que mostraba indiferencia, pero ella la conocía bien y sabía que estaba entusiasmada.

—Sí.

—Genial. Déjame ver tus zapatos.

—¿Qué? —preguntó mientras Peter se agachaba para mirárselos por debajo de la mesa. Estiró el pie y le mostró unas sandalias abiertas de taco alto, sujetes al empeine con tiras de cuero negro que contrastaban con su piel y el color rojo de sus uñas—. María los llama dedos sometidos.

—¿Sí? —preguntó Peter sin moverse, estudiando los dedos un buen rato—. Bueno, me han alegrado la tarde. Te veo mañana a las doce —se despidió haciendo su silla hacia atrás y llevándose con él su whisky y el vaso de ron con Coca—cola light.

—No escuché lo último. ¿Qué te pidió? —preguntó María.

—Que coma con él mañana —contestó no muy segura de lo que sentía. Si le volvía a susurrar otra vez en la oreja le daría una bofetada, eso era todo.

—¿Dónde?

—En La Biela.

—¡Ay! Me encanta ese sitio.

—A las doce.

—¡Agustín! —llamó María alzando la voz.
Lali levantó la mirada y lo vio en la barra en forma de ruleta dándole a Peter un billete de cien.

—¡No lo puedo creer! —exclamó muy enojada. El hijo de su madre había apostado que la llevaba a comer y ella había caído.
Agustín miró en su dirección y María le hizo un gesto con el dedo.

—No soy del tipo de gente a la que se puede hacer ese gesto.

—Tú y yo vamos a comer mañana en La Biela —ordenó María.

—Está bien, pero que sepas que acepto porque entreno por ahí.

—Muy bien. Ya puedes irte.
Agustín meneó la cabeza y volvió a la barra.

—Bueno, al menos es obediente.

—No te hagas ilusiones porque me dijo que sí.

—Es sólo una comida. A plena luz del día. En un lugar público.

—Dijiste que no ibas a volver a verlo y te convenció para que coman juntos.

—Tengo una buena razón —dijo lanzando una implacable mirada hacia la barra. Peter seguía allí, pero también la chica del miércoles, que se le acercaba con un top azul sin mangas ni espalda. No le sorprendía en lo absoluto. ¡Idiota!—. No me pasará nada, créeme, sé a qué juega —aseguró sin dejar de mirar. Parecía que Peter se alejaba de la chica y se hacía el duro, ¡tarado!

—Bueno, iré a cubrirte las espaldas de todas formas. Y si las cosas se ponen feas, Juan Pedro se verá privado de uno de sus miembros vitales.

—¡Ah, bueno! parece que no te cae nada bien.

—Estoy segura de que apostó con Agustín que conseguía llevarte a comer.

—Yo también.

—Mira a ver si puedes hacerle algo horrible mañana.

—Ya lo estoy pensando.


Continuará…

15 comentarios:

  1. Me encanta! Están locas de remate!

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  2. yo que LAli lo dejo plantado ajjaaja
    ++++
    @x_ferreyra7

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  3. maaaaaaaaaaaaaaaaaaaas...
    venganza de Lali... =D
    jajajajja

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  4. Tanta apuesta me tiene nerviosa!!!!! quiero maaaaas

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  5. Yo quiero que Lali agarre y le tire un plato de comida encima a peter por IDIOTA! yo lo haria!
    Besos! ame este cap, vamos mel!! estoy con vos con eso de quitarle un miembro genital!

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  6. Me tiene un poquito harta tanta apuesta. . .a ver sí empieza ya la acción Jajaja. . .estoy deseando ver loquitos a uno por el otro Jajaja aunque creo que Peter una pequeña venganza se merece Jijiji

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  7. Otra apuesta más.. de verdad ha gente así??... De verdad que el cachetón tiene tremendos problemas de inseguridad y auto estima, la gente segura de sí misma no tiene la necesidad de reafirmar constantemente sus virtudes.
    Quiero más!
    Lore

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  8. hay amo esta nove!! quiero mas!!

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  9. Otra apuesta,lo bueno es k Lali siempre lo pilla.
    Jajajajajajaja,María incitandola a la venganza.
    Peter fetichista,los zapatos,sale enamorado d los dedos d sus pies.

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  10. peter es un poquito tarado o practica??
    tantas apuestas va a hacer???
    ayer 5 de agosto fue mi cumple :D
    besos

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  11. No me copan tantas apuestas!!! me gusto el capítulo!!
    Espero el proximo!

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