domingo, 31 de agosto de 2014

Capítulo 53


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—¡Silencio! —exclamó ajustándosela para que no le aplastara el pelo. Estaba caliente y mantuvo la mano un momento en ella para sentirlo. «Eres despreciable», se dijo a sí misma.

Capítulo 53:

—¡Tomás! —gritó alguien, y cuando Lali se giró vio a Melisa, que se acercaba a ellos vestida con un ondulante vestido rosa sonriendo al niño—. ¿Qué tal?

—Hola —saludo éste frunciendo el entrecejo.

—Hola Melisa —dijo Lali haciendo un esfuerzo por no odiarla—. Nos vamos a buscar un buen lugar. Dales una buena —le pidió a Tomás—. Gracias por el gorro, seguro que me queda fatal —dijo evitando mirar a Peter a los ojos.

—No —la contradijo Peter dándole un golpecito en la visera—. Pareces un ángel medio rudo. Ojalá estuviera aquí Sonia.
Lali sonrió muy a su pesar, sintiéndose elogiada.

—¡Hey! Aquí se viene a jugar al rugby —gritó Agustín, y Peter se llevó a Tomás hacia la cancha.

—¿Qué tal lo hice? —le preguntó Lali a María.

—Tan bien como podría esperarse, dadas las circunstancias.

—¿Hacer qué? —quiso saber Melisa.

—Estoy practicando cómo mostrarme relajada.

—¡Ah! Bien hecho, entonces.

Lali siguió a María y a Melisa hasta donde estaba sentada Candela y vio cómo machacaban al equipo de Tomás en los primeros minutos de partido, al mismo tiempo que intentaba no mirar a Peter. Cuando éste levantó la cara y sus miradas se cruzaron, sonrió y Lali pensó: «¡Por Dios, Mariana!» y se giró hacia María para disimular.

—Agustín debe de estar a punto de que le dé una apoplejía.

—No, sólo lo hace por divertirse —contestó María—. Les grita para que lo hagan mejor, pero no le importa perder. Dice que juegan para practicar.

—¿Sí? No sabía que tuviera tantas facetas.

—Unas tres. Me equivoqué al pensar que era tonto, la verdad es que es bastante inteligente. Y muy lindo.

—¿Nada más?

—Sí, nada más. No es ÉL. Por cierto, bonita gorro, Estadísticas. A lo mejor te compra una gaseosa después del partido.

—Estábamos simplemente... —quiso excusarse Lali meneando la cabeza.

—Es el cuento de hadas. Te está conquistando —intervino Candela.

—¿Qué? ¿Un cuento de hadas? —preguntó Melisa.

—Sí, Lali y Peter son como un cuento de hadas. Ella es la chica que no lleva la vida que merece y su hada madrina le mandó un príncipe para que la rescate.

—¿Un hada madrina? —se extrañó Lali.

—María, te eligió a Peter.

—¡Un ratito! —exclamó María—. No tengo nada que ver con Juan Pedro Lanzani.

—Esto sí que es gracioso. Lo elegiste y me enviaste a él para que lo conociera —dijo Lali comenzando a reír.

—Un cuento de hadas —repitió Melisa, que no estaba segura si hablaban en serio.

—Peter te dio el gorro porque eso forma parte de su cometido.

—No, se lo dio porque la está conquistando —la contradijo Melisa con cierta brusquedad—. Es parte de la fase de atracción.

—La fase de atracción —repitió María.

—No se siente atraído... —empezó a decir Lali.

—En el amor adulto hay cuatro fases: reconocimiento, atracción, encaprichamiento y compromiso.

—Yo diría que la forma en que la mira es encaprichamiento —comentó María.

—¿Perdón? —inquirió Lali mirando a su mejor amiga, la traidora.

—Es el cuento de hadas—insistió Candela.

—Es atracción —dijo Melisa con voz apagada.

—Es amor, una reacción caprichosa. Teoría del caos —pontificó María.

—¡Ah, bueno! Ha sido un lindo detalle de un amigo porque no quiero tener pecas. No todo responde a una teoría —la cortó Lali.

—El cuento de hadas no lo es. Aunque no creas en ellos, te está sucediendo a ti, y a mí —dijo Candela sonriéndoles a todas, demasiado feliz como para ser petulante.

—¿Cómo está Victorio? —preguntó Lali, con ganas de que fuera otra persona el tema de conversación.

—Para mí es ÉL. Dentro de un par de semanas me pedirá que nos casemos y le diré que sí. Le dije a mi mamá que prepare la boda para agosto.

—¿Te ha dicho que se va a declarar? —preguntó Melisa, y cuando Candela la miró sorprendida, añadió—: Estoy escribiendo un libro sobre el tema. Ya sé que no es de mi incumbencia, pero me interesa mucho.

—Bueno, no me lo ha dicho, pero lo sé.

Lali intentó dar la impresión de que la apoyaba, pero el silencio que siguió a continuación debió insinuar cierto escepticismo, porque Candela se giró hacia la cancha y llamó a Victorio.

—Amor, ¿vas a pedirme que me case contigo? —le preguntó cuando llegó corriendo.

—Sí, no quería apurarte, así que pensaba esperar hasta que lleváramos un mes saliendo. Sólo faltan once días.

—Me parece muy acertado. Y para que lo sepas, te diré que sí.

—Eso me tranquiliza mucho —dijo soltando un suspiro. Se inclinó hacia ella, la besó y volvió al terreno de juego.

—Eso ha sido o muy dulce o muy molesto —comentó María.

—Ha sido muy dulce —aseguró Lali intentando imaginarse a Peter diciéndolo. «Deja de pensar en él», se ordenó—. Y molesto.

—Ya te lo he dicho. Es el cuento de hadas. Tienes que creer.

—Pensamiento positivo —dijo Melisa asintiendo con la cabeza—. Hay pruebas. ¿Puedo hacerte una entrevista para mi libro? Tu historia me parece fascinante. Han pasado a la fase encaprichamiento muy rápido.

—Sí, pero no es encaprichamiento. Es amor verdadero, como el de Peter y Lali.

—¿Pueden dejar el tema? —les pidió Lali.

—Sí, claro —le dijo Melisa a Candela sin ningún convencimiento y siguieron hablando.
Lali respiró profundamente y se volvió hacia María.

—Melisa parece simpática —comentó con la esperanza de mantener una conversación en la que no apareciera Peter.

—Lo es, pero creo que quiere volver con Peter.

Lali se dio por vencida y miró hacia el terreno de juego. Peter hablaba con alguien en la tercera base. Estaba serio y el niño asentía con la cabeza, pendiente de todas sus palabras. «¡Qué lindo! —pensó y después rectificó—. No, es un idiota». Aunque esa forma de pensar ya no surtía efecto, la verdad era que no había funcionado nunca.

—¿Salen esta noche? —le preguntó María.

—Sí, pero sólo como amigos. Me va a hacer un favor. Vamos a ir a casa de mi madre para que deje de pensar que es un mal tipo.

—No creo que eso la tranquilice nada.

—¿Por qué no? A Elvis le cae bien y tiene muy buen ojo.

—¿Elvis? —preguntó María un poco preocupada.

—El gato. Le puse ese nombre.

—Menos mal. Creía que te habías vuelto loca del todo.

—¡Hey!, que no soy yo la que cree en cuentos de hadas, ni en la teoría del caos.

—O en el programa de cuatro pasos para alcanzar el amor —dijo María indicando con la cabeza hacia Melisa, que esperaba a que Candela acabara de contarle la teoría del amor de cuento de hadas.

—Todo eso es basura. No hace falta una teoría, solo hay que ser práctico, saber lo que quieres que tenga un hombre y después encontrar uno que posea todas esas cosas. Trazar un plan y ajustarte a él. Y no desviarte —dijo mirando hacia donde estaba Peter.

—O podrías enamorarte perdidamente —finalizó María con gesto preocupado.

—Ya. Eso es como decir que puedes caerte de un edificio. No te dolerá hasta que aterrices.

—Sólo quería decir...

—No —dijo Lali al tiempo que varias personas se volteaban para mirarla—. Hay que ser sensato. No se trata de canciones de amor bobaliconas y besos sentimentaloides, es peligroso. Hay gente que muere por eso. Que muere de amor. Se desencadenan guerras. Se derrumban imperios.

—Esto... Lali...

—Puede arruinarte la vida —dijo cerrando los ojos para no mirar a Peter—. Por eso sólo quiero ser amiga de Peter y nada más. Tendría que estar loca para pensar que podría haber algo permanente con él. Ser masoquista, suicida y autoengañarme.

—Bueno...

—Ése es mi plan. Y voy a atenerme a él.


Continuará…

16 comentarios:

  1. mmmm.. por ahora jajaja...
    maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas... =D

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  2. Que lastima que no va cumplir con ese plan! Mas!

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  3. Cada una con un concepto diferente ,y todas llevan al amor.
    Ahora mismo si k está siendo,masoquista ,suicida y se autoengaña

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  4. JAJAJAJAJAJA pobre Lali! La negación no va a hacer que lo olvidé, ya que ya lo ama.

    Me encanto!

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  5. Pero Melisa insoportable, cuando se dará cuenta que no tiene a Peter y seguirá con su vida!

    Besos Vami

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  6. Otrooooo, que hace melisa ahí no???

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  7. me cae uy mal melisa y mery me parece tona por darle tanta bola ...
    ++++++++++++++++++
    @x_ferreyra7

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  8. Q manera de negar la realidad Lalita! Dicen q no hay peor dciego q el q no quiere ver,no???

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  9. Jaja lali, lali... Ya te tocara abrir los ojos

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