Capítulo 81

Hola a todas!!!! Qué tal empezaron la semana?! Toda la fuerza para @LuciaVega14 hoy ;) mucha suerte y seguro sale todo bien! Gracias por todo, son lo más!!! Besos y nos leemos mañana, ahora sí con el final de "Con un poco de espíritu" y quién sabe con el primer capítulo de "Propuesta Arriesgada" ;)

 

Twitter: @Caparatodos

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—Por supuesto —afirmó su padre, poniéndose serio—. Y todos los días doy gracias por tenerla a mi lado. No ha debido de ser fácil para ella. Ni para ti tampoco.

—Las dos te queremos —le dijo Lali simplemente.

Al final, era lo único que importaba.

Capítulo 81:

A las seis en punto, cuando Lali sacó el asado del horno, Peter no se había presentado ni tampoco había llamado. Lali estaba dividida entre la preocupación y la rabia, pero intentó disimular su disgusto y sirvió la comida con una sonrisa en la cara.

—Creo que deberíamos empezar —les dijo a sus padres—. Parece que Peter se retrasó.

—Podemos esperar un poco, si quieres —dijo su madre, mirándola con preocupación.

—No —respondió con más dureza de la que intentaba—. La comida se va a malograr si esperamos.

—Chiquita, nada se va a malograr. Puedes dejar el asado en el horno, y lo demás puede calentarse en el microondas.

—No —insistió Lali—. Sabía a qué hora era la cena. Debería estar aquí.

—Podrías llamarlo —sugirió su madre—. Tiene celular, ¿no?

Lali dudó un segundo, y entonces decidió que era absurdo no hacerlo. Primero intentó ubicarlo en su oficina, y a pesar de la hora, Teresa le contestó.

—Teresa, soy Lali. Estoy buscando a Peter. ¿Sigue ahí?

—No ha estado aquí en toda la tarde —respondió Teresa—. Tenía una reunión en Pilar.

—¿En Pilar? —repitió Lali.

—¿No te lo había dicho?

—No, no sabía nada —sintió un nudo en el estómago—. Pero gracias de todas formas.

Colgó e intentó llamar al celular de Peter. Cuando él contestó, había tanto ruido al otro lado que apenas podía escucharlo.

—Peter, soy yo. ¿Dónde estás?

Él murmuró una palabrota.

—¿Qué hora es?

—Son más de las seis. ¿Dónde estás?

—Tenía una reunión en Pilar. Se alargó más tiempo de lo previsto y luego fuimos a tomar una copa. Se me pasó la hora.

—Ya veo —dijo ella—. Y si has estado tomando, no deberías manejar. Será mejor que te quedes a pasar la noche en casa de tus padres.

—Pero tus papás…

—Olvídate —lo cortó ella—. Ya los verás mañana… si no te retiene lo que estés haciendo en Pilar.

—Pero quiero contártelo todo —insistió él—. Espera a que sepas lo que ha pasado.

Ella guardó silencio e hizo exactamente eso. Esperar.

—¿Lali? ¿Sigues ahí?

—Sí.

—Me han ofrecido un trabajo. Es justo lo que…

—¿Te han ofrecido un trabajo? —repitió ella—. ¿En Pilar?

—Sí.

—¿Y lo aceptaste? ¿Sin conversarlo conmigo?

—No les he dado una respuesta definitiva. Antes quería hablarlo contigo esta noche. ¡Es la oportunidad que estaba esperando, Lali!

La respuesta estaba clara. Iba a aceptar ese trabajo.

—Felicitaciones —consiguió decirle con voz ahogada. Sus peores temores se hacían realidad. Peter había puesto a su trabajo antes que ella—. Por cierto, ni te molestes en venir mañana. No es necesario que pierdas el tiempo en mi fiesta.

—Lali, espera un segundo. ¿Me estás retirando la invitación? —le preguntó él incrédulamente.

—Claramente. No quiero que vengas.

—Es por el trabajo, ¿no es así? Maldición, sabía que tendría que haberlo hablado contigo antes.

—Buena intuición —dijo ella con sarcasmo—. Es normal que estén ansiosos por contratarte.

El ruido de fondo se apagó, como si Peter se hubiera ido a un lugar más tranquilo.

—Dale, Lali. Al menos escucha lo que te tengo que decir. Esto va a ser genial para los dos.

—No, gracias. Si me lo hubieras dicho antes de ir a Pilar tal vez podríamos haberlo conversado, pero ya veo que mi opinión no cuenta para nada. Sabes que no quiero ocupar un papel secundario para nadie… O al menos creía que lo sabías.

—Lo sé. Pero por favor, sabes que tu opinión es muy importante para mí. Sólo quería conocer todos los detalles antes de hablarlo contigo.

—No hay mucho de qué hablar si ya tomaste una decisión. Te deseo lo mejor, Peter, pero lo nuestro terminó acá.

Colgó antes de que él pudiera decir nada y volvió para servir la cena en la mesa sin hacer caso al teléfono, que no paraba de sonar. Consiguió ingerir la comida sin ponerse a llorar, y afortunadamente ninguno de sus padres comentó la ausencia de Peter.

—Deja que yo levante la mesa —le dijo su madre al terminar de cenar—. Deberías contestar el teléfono…

—Ni hablar —murmuró Lali, y abrazó a su madre—. Pero gracias por no hacer preguntas.

—Por mí no te preocupes. Pero si tu padre se cruza con Peter, habrá muchas preguntas.

—Dile a papá que puede destrozarlo, si quiere —dijo Lali con una sonrisa temblorosa.

—No puedo decirle eso —la regañó su madre—. A tu padre nada le gustaría más que destrozar a un hombre que te haya hecho daño.

—No me ha hecho daño —protestó Lali—. Sólo estoy enojada.

Su madre le dio una palmadita en la mano.

—A veces no hay diferencia.

Continuará…