Capítulo 34

Chicas! Ya les dejo nuevo capi!!! :D son una genias genias!!!! algunas ya sacaron lo que va a pedir Lali ;) y sobre Laliter de a poco se va a ir dando... Tengo 3 capis más para la maratón pero me voy a poner a avanzar más así si llegan les dejo más de 5 capis en esta maratón!!! :D besos y nos hablamos en un rato!

Twitter: @Caparatodos

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–¿Qué es lo que quieres?

Capítulo 34:

–Una entrevista.

Peter se cruzó de brazos.

–¿Conmigo?

–Sí.

–¿Cuándo?

–Cuando haya hecho ciertas averiguaciones y tenga preparado el cuestionario.

–Sabes que odio las entrevistas.

–Sí, lo sé, pero haré que no te duela.

Peter bajó la vista hasta los pechos de Lali.

–¿A qué te refieres con lo de que no me dolerá?

–No te haré preguntas personales –respondió ella. Seguía sintiendo frío y lo más adecuado habría sido que se pusiese un suéter.

–Define «personales».

–No te preocupes, no te preguntaré sobre mujeres.

Él dirigió su mirada hacia el delicado hueco que formaba su garganta, ascendió por sus labios y llegó a los ojos.

–Algunas de las cosas que has leído sobre mí, probablemente no son ciertas –dijo sin saber siquiera por qué o de qué se estaba defendiendo.

Lali sopló su café.

–¿Algunas? –preguntó.

Él dejó caer las manos a los lados y se encogió de hombros.

–Más o menos un cincuenta por ciento se lo inventaron para vender periódicos o libros.

Lali esbozó una media sonrisa.

–¿Cuál es el cincuenta por ciento verdadero?

Estaba tan guapa mirándolo de aquel modo, sonriendo, que estuvo tentado de decírselo.

–¿Quedará entre nosotros?

–Por supuesto–. Casi.

–No es asunto tuyo. No hablo de las mujeres de mi pasado ni de mi temporada de rehabilitación.

Ella bajó la taza.

–Es justo. No quiero hacerte preguntas sobre tu rehabilitación ni sobre tu vida sexual. Ya se ha escrito mucho sobre eso, y es aburrido.

¿Aburrido? Su vida sexual no era aburrida. En los últimos tiempos no había tenido mucha acción, pero lo que él había hecho no era aburrido. Bueno... quizás un poco. No, «aburrido» no era la palabra adecuada. Era demasiado fuerte. Había extrañado algo en su vida sexual últimamente. Aparte del sexo en sí. No sabía de qué se trataba, pero una vez que solucionara la situación de Alelí, tendría más tiempo para pensar en ello.

–Y, además –añadió Lali–, no quiero que me cuentes nada que tire abajo la imagen que tengo de ti.

–¿Qué imagen? –Peter apoyó un hombro contra el marco de la puerta–. ¿Qué me acuesto con dos mujeres a la vez cada noche?

–¿No es así?

–No. –La miró. La expresión de Lali, allí en la cocina, venía a decirle que su vida sexual era aburrida, por lo que decidió sorprenderla un poco. Sólo un poco, con algo sobre lo que ella, con toda probabilidad, no habría leído–. Lo intenté una vez, pero las chicas estaban más interesadas la una en la otra que en mí. Lo cual no hizo mucho a favor de mi amor propio.

Ella se echó a reír mientras él se esforzaba en recordar la última vez que había estado a solas con una mujer en el departamento de ella, riendo y hablando, y sin intentar conquistarla para llevársela a la cama. No dejaba de ser bonito.

La noche siguiente a la visita de Peter, Lali se sentó junto a Felipe en la cabina de prensa para presenciar el partido entre Alumni y Albatros. Las luces alumbraban el enorme logotipo rojiblanco de Alumni, y las hinchadas anunciaban que el partido estaba a punto de empezar. Faltaba media hora para que la pelota se pusiera en movimiento, pero Lali estaba preparada con su bloc de notas y la grabadora en la cartera. Había vuelto, y estaba más animada que el primer día. A excepción de Felipe, los directivos aún no habían llegado, y se preguntó si la recibirían con una palmadita en la espalda.

Lali miró a Felipe.

–Gracias por hacer que me devolvieran el trabajo.

Él tenía los antebrazos apoyados en las rodillas y miraba hacia la cancha. Se había puesto algo menos de gomina de lo que tenía por costumbre, pero bajo su saco azul seguía llevando los bolígrafos metidos en una funda de plástico en el bolsillo de la camisa.

–No ha sido cosa mía. Los jugadores se sintieron mal después de que los visitaras y les desearas suerte. Pensaron que alguien como tú merecía recuperar el trabajo.

–Quisieron que vuelva porque creen que les traigo suerte.

–Eso también –dijo sonriendo y sin dejar de mirar hacia la pista–. ¿Tienes algo que hacer el próximo sábado? .

–¿No estaremos de viaje?

–No, salimos al día siguiente.

–Entonces, nada –dijo Lali encogiéndose de hombros–. ¿Por qué?

–Manuel Terradas va a dar una fiesta en el Hilton para conmemorar su retirada.

El nombre le sonaba, pero no podía ubicarlo.

–¿Quién es Manuel Terradas?

–Fue fullback de Alumni desde 1996 hasta el año pasado, en que se retiró. Y quería saber si te gustaría ir.

–¿Contigo? ¿Como si fuese una cita? –preguntó como si Felipe se hubiese vuelto loco.

Él se ruborizó y Lali se dio cuenta de que no había sido un comentario amable.

Continuará…