Hola, hola!!!!! Cómo les
va?! Empezó el finde, así que woohoo y nosotras nos leemos
mañana!!! Les dejo un capítulo larguito ;) ¡Que lo disfruten! Besos y mil
gracias por sus comentarios!!! Me encanta que les guste la nove!
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@Caparatodos
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—Entonces
tiene sentido desde un punto de vista económico, y a juzgar por el brillo de
tus ojos, también desde un punto de vista emocional.
Una
sonrisa empezó a asomarse en los labios de Lali.
—Lo tiene, ¿no es así? —siguiendo
un impulso, alargó el brazo y apretó la mano de Peter—. Gracias —le dijo, y
abrió la mampara de la cocina—. ¡María!
Capítulo 40:
Peter
no recordaba una situación más incómoda para pasar una velada. Después de cerrar
la compra de la casa con Lali, María había insistido en que los tres fueran a
celebrarlo a Delica’s, y Peter temía que fueran el objeto de todas las miradas en
cuanto entraran en el restaurante. Todo el mundo se preguntaría cuánto
tardarían María y Lali en empezar a jalarse de los pelos.
Al fin
y al cabo, María no había ocultado su interés por él y Lali había marcado
territorio durante un partido. Y por lo que Peter ya sabía de la gente de Monte
Grande, no era muy probable que dejaran de meterse en temas ajenos. Sólo bastaba
con mirar a las Poderosas, sus respectivos esposos y su secretaria para
saberlo.
—No
pareces muy contento —comentó Lali mientras iban en el auto hacia Delica’s.
—¿Por
qué lo dices?
—Porque
desde que aceptamos la invitación de María, apenas has hablado.
—¿No
crees que va a ser una situación un poco rara?
—Sí
—afirmó ella—. Pero se lo debemos a María.
Peter
la miró, confundido. La mente de aquella mujer era un misterio para él.
—¿Por
qué?
—Está
intentando mantener la dignidad y demostrar que no le importa tu rechazo ni que
me hayas elegido a mí. No estoy diciendo que lo hayas hecho, pero…
—Sí lo hice
—confirmó él para que no hubiera ningún malentendido al respecto—. Y, fueran cuales
fueran tus intenciones al besarme en la cancha, demostraste que tú también me elegiste
a mí.
Lali se
puso colorada.
—Tenía
mis razones para besarte. No le des más importancia de la que tiene.
Peter la
miró y volvió a concentrarse en la carretera.
—¿Puedes
explicarme cuáles?
—Mejor
no.
—En ese
caso, seguiré pensando que estabas reclamando lo que consideras tuyo…
—Tú
siempre alimentando tu ego.
—¿Por
qué no puedo llegar a esa conclusión si no tengo pruebas de lo contrario?
—Porque
yo te he dicho que no es así.
—Palabras,
palabras… —dijo él en tono indiferente—. Nada más que palabras.
Ella lo
miró con el ceño fruncido.
—No
tienes que comer con nosotras si no quieres. María y yo podemos celebrar sin
ti.
—No
creo que mi ausencia le dé credibilidad a lo que María está intentando
demostrar…
—Es
verdad. Si aparecemos los tres juntos, todo el mundo podrá ver que no hay
ningún problema entre nosotros.
—Entonces
es mi deber cumplir con mi papel —declaró él seriamente—. Que no se diga que mi
madre no me educó para ser un perfecto caballero. Estoy dispuesto a hacer lo
que sea para proteger el honor de una mujer.
—No
tienes que dejarte llevar.
—Parece
que sí —respondió él, y algo le decía que iba a lamentarlo.
Cuando
llegaron a Delica’s, Lali lo dejó apenas los llevaron a su mesa y se enrumbó
hacia la cocina. Tal vez fuera a contarle a Eugenia que había comprado una
casa, pero Peter sospechaba que no era sólo aquella información lo que quería
compartir con su amiga.
Podría
pasarse cincuenta años con ella y seguiría sin entenderla. Pero era
precisamente aquella personalidad impredecible y enigmática lo que más lo
atraía de ella. Deseaba descubrir hasta el último de sus secretos, y por
primera vez en su vida podía imaginarse envejeciendo junto a una mujer.
Sentada
en su auto, María se retocaba el maquillaje e intentaba reunir las fuerzas para
entrar en el restaurante. Se había arrepentido de invitar a Lali y a Peter en el
momento que las palabras salieron de su boca. Tenía mucha experiencia ocultando
sus fracasos emocionales, pero no estaba segura de que aquella noche pudiera
fingir. El último revés era demasiado reciente.
Respiró
hondo y salió del auto. No permitiría que nadie supiera cómo se sentía realmente
porque le hubieran robado a otro hombre. Peter nunca había sido suyo, pero todo
el mundo sabía que lo deseaba. Igual que habían sabido lo que pasaba con sus
padres, sin que nadie hubiera hecho nada por protegerla a ella o a su madre.
Siendo
hija única, María había aprendido a mantener en secreto los problemas
familiares. Su madre había sufrido años de agresiones, tanto físicas como
verbales, a manos de un marido alcohólico. Nunca había pedido ayuda, y cuando María
fue lo bastante mayor para preguntarle, ella había negado que hubiera un
problema. Tenía cicatrices y moretones porque era muy torpe y atolondrada, y
los gritos no eran nada más que «discusiones». Al negarse a reconocer lo que
estaba pasando, había obligado a que María también guardara silencio.
Tal vez
si su padre la hubiera agredido a ella las cosas habrían sido diferentes. Su
madre se la habría llevado para protegerla, o al menos eso quería pensar. En
cualquier caso, su padre se había contentado con descargarse contra su madre.
Había
ido al colegio con la cabeza bien alta, y había ignorado los comentarios de los
chicos que veían a su padre regresando a casa del bar más mísero de Monte
Grande y que oían los inevitables gritos que seguían tras su llegada. Había
negado toda clase de abusos cuando los psicólogos intentaban ayudarla. Se
convirtió en una maestra del engaño, igual que su madre.
Se había
enamorado de Nicolás Riera en parte porque él era nuevo en el barrio y no se
había compadecido de ella como los demás chicos. Y se había casado con Sebastián
porque la amaba a pesar de su problemático pasado e incluso la admiraba
incondicionalmente por haber seguido adelante.
Para
entonces, sus padres habían muerto; su padre por una cirrosis en el hígado y su
madre por un ataque al corazón. Pero María no había llorado mucho por su
pérdida, sino por la familia que nunca había tenido.
Sebastián,
el hijo del ciudadano más respetado del lugar, se había convertido en su única
familia hasta que tuvieron a Fiorella. Siempre había sabido que con él estaría
segura y que el respeto mutuo bastaba para mantener el matrimonio, pero,
paradójicamente, fue él quien terminó queriendo más.
Cuando Sebastián
la abandonó, tuvo que mantener la frente en alto e ignorar los comentarios. Y
ahora tendría que volver a hacerlo en Delica’s. Estaba allí para celebrar la
venta de una casa, y no podía permitir que nadie notara su desgracia.
Nada en
su tono de voz ni sus sonrisas sugerían que estuviera afectada ni dolida, y
cuando llegó el champán levantó su copa para proponer un brindis.
—Por un
futuro maravilloso en su nuevo hogar —dijo—. Espero que sean muy felices allí.
—Acuérdate
que es mi casa, nada más —aclaró Lali—. Peter sólo se quedará hasta que encuentre
algo propio. A lo mejor puedes ayudarlo…
—Por
supuesto —respondió María, mucho más animada al saber que, fuera cual fuera la
relación entre aquellos dos, aún no habían decidido vivir juntos de manera
permanente—. ¿Te gusta el estilo que has visto hoy, o prefieres algo más
moderno? —le preguntó a Peter con una sonrisa—. Algo que se adecué más a ti. A tu
cargo y a un Lanzani… Seguro que estás acostumbrado a vivir en una casa más
grande.
—En
realidad, no estoy acostumbrado a vivir en un sitio mucho más grande que mi cuarto
de hotel —respondió Peter—. Paso tanto tiempo trabajando que no necesito más
que una habitación donde pueda relajarme, una refrigeradora con lo básico y un
pequeño dormitorio.
—Creo
que podemos encontrar algo mejor —dijo ella—. No quise comentarlo antes, pero
el otro día recibí una llamada de tu mamá…
La
expresión de Peter se ensombreció al instante.
—¿Ah,
sí? —murmuró con gélida voz.
—Al
parecer, se llevó uno de mis folletos cuando estuvo aquí y ha estado viendo
algunas casas para ti. Me dijo que llamaría la próxima semana para coordinar una
cita.
—Ni se
te ocurra —dijo Peter—. Si vuelve a llamar, dile que estás trabajando para mí,
no para ella.
María
hizo una mueca. Ya había comprobado que Claudia Lanzani actuaba por su cuenta y
que no aceptaría de buen manera una negativa.
—Creo
que sólo intenta ayudarte —dijo María, intentando apaciguarlo—. Tienes mucho trabajo
y apenas tienes tiempo para buscar casa.
Él se
inclinó hacia delante.
—María,
te agradecería que no le enseñaras a mi mamá ninguna casa en este lugar, a
menos que su intención sea vivir en una de ellas. Tomaré mi decisión cuando
llegue el momento. Si es un problema para ti, me buscaré otra agencia y tú y mi
mamá podrán buscar lo que quieran.
—Claro
que no es un problema, Peter —le aseguró rapidamente María. Le habría gustado
tener a Claudia Lanzani como clienta, pero una buena relación con Peter era aún
más importante. Y era mejor no meterse en los problemas de una familia—. Tranquilo.
Si vuelve a llamar, me inventaré alguna excusa para rechazarla.
—Gracias.
María
se giró para mirar a Lali.
—¿Has
pensado en alguien para que haga los arreglos?
—Aún
estoy un poco aturdida por haber firmado el contrato —respondió Lali—. Supongo
que hablaré con Nicolás. Conoce a todos los albañiles de la localidad.
—Y
también cuenta conmigo para ayudarla —añadió Peter.
—Creí
que había rechazado tu oferta —dijo ella, mirándolo con expresión divertida—. Significaba
demasiados lazos.
—Se
puede negociar… —insinuó Peter, sosteniéndole la mirada.
María
se echó hacia atrás y reprimió un suspiro. Tal vez no fueran a vivir juntos,
pero era indudable que había algo entre ellos.
¿Qué
tenía ella de malo? Era mucho más adecuada que Lali para un hombre como Peter Lanzani.
Tenía estilo, dinero y clase. Había trabajado muy duro para ser una mujer
glamurosa, próspera e independiente y no tener que depender de un hombre como su
madre.
Y sin
embargo, tanto Nicolás Riera como Sebastián la habían rechazado. Era evidente
que tenía un gran defecto con los hombres, pero no podía imaginarse de qué se
trataba. ¿Era demasiado agresiva, demasiado segura de sí misma o demasiado
independiente? ¿O quizás era todo lo contrario, demasiado… necesitada?
Tan
obsesionada había estado en sus relaciones con los hombres que apenas se había preocupado
por entablar amistades con otras mujeres, así que no tenía a nadie para pedirle
consejos. Hasta aquel día podría habérselo preguntado a Lali, pero ahora era
impensable. Sería demasiado humillante preguntarle a la mujer por la que Peter
estaba loco.
Pero
tenía que averiguar cuál era su problema, porque estaba harta de volver a una
casa solitaria al final del día. Todo el dinero y el éxito del mundo no podían
compensar la falta de alguien especial en su vida. Alguien aparte de una hija
que siempre estaba enojada con ella.
Tomó un sorbo de champán y se
obligó a no beber más. Lo último que necesitaba era perder la dignidad por
culpa del alcohol. Era una sobreviviente, y seguiría siéndolo pasara lo que
pasara.
Continuará…
la vida de Maria no fue facil, pero se acostumbro a mentir y le gustan demasiado las apariencias
ResponderEliminary esa extraña relacion laliter =) me encanta es unica, distinta, especial =)
espero mas nove BESOS! tqq
Pobre mery no le toco una fácil!! Más me encanta!
ResponderEliminarEsto cada vez se pone mas interesante :D, ya quiero que se vayan a vivir juntos¡¡ va a ser muy divertido e interesante ver sus peleas y reconconciliaciones :D. Feliz, quiero mucho mass y mas ahora que oficialmente estoy de vacaciones de uni y tengo mucho mas tiempo para leer :D.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
María.
Pobre María, me da pena! Ojalá aparezca alguien que la enamore pronto.
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
Pobre mery...q vida de mier.da,y laliter,jajajaj,son geniales,me encantaaaaaaa,seguilaaaaaaaaa,masmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmasmas,muymuymuymuymuy buena,Besotes,gracias x subir nove todos los días!!!!!!!
ResponderEliminaruna vida dificil la de Maria pero qe nl se meta en el medio de Peter y Laali ¬
ResponderEliminarEspeeero mas, beso :)
Arii - @AriadnaAyelen
muy buena!!! Escribis re bien!!
ResponderEliminarMe dio un poquito de cosa Maria!
ResponderEliminarme da lastima mery, pero a la vez no
ResponderEliminarse pone interesante
beso
Me da mucha lastima Maria, necesita hablar con alguien y comenzar arreglar su vida...
ResponderEliminarMuy tiernos Peter y Lali!
QUIERO MAS! :)
pobre Maria, espero que vuelva con sebastian, porque PETER no le conviene, es de lali y debe dejar de fijarse en los hombres de otras ehhh que cosita...
ResponderEliminarespero mas nove....
A veces me da cosita pobre Maria todo lo que paso pero despues me acuerdo que soy Laliter y me olvido :P jajajaja muchas gracias por publicar y por avisarme Camii me encanto el cap! MASSS NOVE POR FAS! @LuciaVega14
ResponderEliminarMaria me dio pena no fue facil su vida pero no es bueno mentir
ResponderEliminarMasi_ruth
Maria no tuvo una vida facil pero seguro en algun momento llegara al persona indicada!! me encanta que lali y peter vallan a vivir juntos un tiempo ya quiero ver como se desenvuelve esa convivencia
ResponderEliminarespero más!!
LALI k se sigue resistiendo a PETER le debe dar una oportunidad.
ResponderEliminarDefinitivamente Maria no tuvo un vida facil y por eso ahora ella tiene muchos conflictos consigo misma k no sabe k hacer y segura pronto conocera a la persona k en verdad la ama y la valore.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS
Pobre de María que feo estar en sus zapatos, pero esperón ir se de cuenta que la amistad es mas importante que un hombre debería convivir mas y dejar de pensar solo en hombres y aprender a disfrutar la vida!!!
ResponderEliminarY me encanta como se tratan Peter y Lali son genios :)
Saluditos nos leemos mañana
@Titel842
nos sorprendiste! no fue facil la vida de maria pero eso no explica su comportamiento, tiene mucho miedo y odio al rechazo ajja pero bueno, peter esta loco por lali!! me encantan! espero mas! besos! Giu
ResponderEliminarmaasssss ♥
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