Hola, hola!!! Cómo les va?!
Qué tal empezaron la “semana” jajajaja después del finde largo, unos días de
normalidad para volver nuevamente a celebrar! Así uno no se recupera bien de
uno pues! Espero estén bien todas! Un beso y nos leemos mañana!!! Capi largo ;)
y bienvenidas las nuevas lectoras!!!
Twitter:
@Caparatodos
____________________________________________________
—De
verdad —le aseguró ella—. Pero… vuelve a sugerirlo de vez en cuando.
Al ver la sonrisa de Peter y el brillo de sus ojos,
supo que no iba a costarle mucho hacerla cambiar de opinión.
Capítulo
67:
El
comité navideño se reunió por última vez el lunes previo al segundo sábado de
diciembre, fecha oficial para el inicio de las navidades. Osvaldo estaba chocho,
tan impaciente como un niño por ver cuando el árbol se iluminase y la plaza se llenara
de kioscos y música, pero su prolijidad con los detalles empezaba a sacar de
quicio a Peter.
—¿Ha chequeado
alguien a qué hora exacta se hace de noche? —preguntó Osvaldo—. El alumbrado tiene
que estar programado al segundo para conseguir el máximo efecto. Se trata de
dejar boquiabierto al público —antes de que Peter pudiera responder, Osvaldo se
giró hacia María—. ¿Fiorella vendrá a casa este fin de semana? Siempre le ha
encantado ver la iluminación del árbol.
—Dice
que tiene que estudiar para los exámenes finales —respondió María—. Los tiene
la semana que viene, y vendrá a casa después.
—Es una
pena —se quejó Osvaldo sin ocultar su decepción—. Habría sido maravilloso
tenerla aquí para el inicio de las fiestas.
María
no estaba tan segura. Fiorella seguía insistiendo para irse a Mar del Plata, y
todas sus conversaciones terminaban en una pelea. Ninguno de los planes que
habían hecho Sebastián y ella parecía complacerla, y a María la empezaba a aterrar
la idea de que su hija se empeñara en pasarla mal solo para darles la contra.
«Eso es
un tema» era su comentario más repetido, y María lo había oído tantas veces que
tenía que morderse la lengua para no regañarla por su actitud o… ¿O qué? No
podía amenazarla con nada. Si le decía que no se molestara en ir a casa hasta
que no supiera portarse, Fiorella saltaría de alegría y se largaría con su
amiga.
A
medida que avanzaba la reunión, María se iba sintiendo cada vez más sobrepasada.
Deseaba que aquellas navidades fueran especiales para su hija y para toda la
familia. Por primera vez en muchos años quería celebrar una Navidad familiar,
llena de nostalgia y tradición. Hasta ahora no se había dado cuenta de lo mucho
que extrañaba hacer planes con Sebastián, tener a alguien que la escuchara y
quisiera complacerla…
Durante
su matrimonio había dado por hecho que Sebastián siempre estaría con ella, y al
separarse se había convencido a sí misma de que no necesitaba a nadie para
salir adelante. Hasta cierto punto era así, ya que su situación económica era
inmejorable. Pero se sentía sola. Muy sola.
Al
finalizar la reunión, Lali se acercó hacia ella.
—¿Qué
pasa? —le preguntó—. Pareces preocupada.
María
estaba tan acostumbrada a ocultar sus sentimientos que a punto estuvo de
negarlo, pero en vez de eso se permitió soltar un suspiro.
—Lo
estoy.
—Vamos a
Beleco —propuso Lali—. Ahí no tomamos un té y me cuentas lo que te pasa.
—¿Por
qué? —preguntó María, sorprendida por la sugerencia.
—Porque
parece que te vendría bien hablar con una amiga —respondió Lali simplemente.
María
tuvo que hacer un enorme esfuerzo para contener el torrente de lágrimas que amenazaba
con salir. Después de tantos años malgastando las energías en busca de un
hombre, volvía a darse cuenta de lo mucho que necesitaba una amiga. Alguien que
pudiera aconsejarla, que la hiciera partícipe de sus confidencias y que la
hiciera reír igual que las Poderosas hacían entre ellas.
—No
tienes que fingir que eres mi amiga —le dijo a Lali, movida por la costumbre.
Se había pasado toda la vida protegiéndose de los demás.
—No
estoy fingiendo nada —respondió Lali con impaciencia—. Creía que lo habíamos
dejado claro. Puede que no encontremos el momento para ir al cine o comer
juntas, pero eso no significa que no seamos amigas. Y ahora vámonos de aquí
antes de que alguien te vea llorando y empiece a hacer preguntas indeseadas.
—No
estoy llorando —protestó María mientras se limpiaba las lágrimas.
Lali
impuso un ritmo bastante rápido desde las oficinas de la municipalidad hasta el
centro de belleza, rodeó el edificio y señaló una mesa en el jardín.
—Siéntate.
Hace un poco de frío para estar al aire libre, pero al menos aquí no nos
molestará nadie. Espérame un segundo que voy por nuestros tés.
María
se sentó junto a la mesa de fierro forjado y esperó. Lali volvió con dos vasos
de té y dos facturas.
—No puedo
comer eso —protestó María, pero Lali se la puso delante de todas formas.
—Para
levantar el ánimo. Y ahora cuéntame qué te sucede. ¿Tiene algo que ver con Fiorella?
Sí… y
no. Era difícil explicarlo. Partió un pedazo de su factura y pensó mientras
suspiraba de delicia por el sabor.
—Todo
empezó por Fiorella —dijo finalmente—. Quería irse a pasar las vacaciones con
una amiga.
—A la
playa —recordó Lali.
—Así es
—afirmó María, metiéndose otro pedazo de factura en la boca—. Yo no quería que se
fuera, y por eso me puse de acuerdo con Sebastián para intentar ofrecerle la
mejor navidad posible a Fiorella.
Lali
asintió.
—¿Y qué
pasó? ¿Las cosas no han salido como tú esperabas? ¿Sebastián no ha estado
dispuesto a cooperar?
—Sebastián
ha sido un apoyo increíble —respondió María—. Realmente maravilloso.
Lo dijo
con tanto énfasis que Lali abrió los ojos como platos.
—¿Te acostaste
con él?
—No
—respondió ella rápidamente, aunque sintió cómo le ardían las mejillas—. Pero ganas
no me faltan —confesó en voz baja, a pesar de que no había nadie más en el
jardín—. De repente vuelvo a desear a mi ex marido. Es una locura.
—Por
favor, María. No es ninguna locura. Es un hombre guapo, divertido, triunfador.
No deberías escandalizarte por sentirte atraída por él.
—Pero
no me sentía tan atraída por él cuando estábamos casados —confesó María, antes
de tomar otro bocado—. No lo valoraba como era realmente. Para mí sólo era Sebastián,
el hombre que siempre me había querido. Mi único refugio seguro.
—¿Y
ahora?
—Es muy
sexy y atractivo. Me hace reír. Y me conoce mejor que nadie. Antes pensaba que
era un metido, pero ahora me gusta abrirme por completo a él sin temor a
recibir sus críticas —enterró la cara en las manos—. Perdón… Debes de estar
harta de escucharme. Pero no puedo hablar de esto con nadie más, y tampoco
puedo guardármelo para mí sola.
—Yo sé
—la tranquilizó Lali con suavidad—. Parece que te enamoraste.
María
se permitió un hondo suspiro.
—Sí,
eso es lo que me temo.
—¿Por
qué lo temes?
—Porque
Sebastián ha seguido adelante con su vida. El otro día lo vi saliendo de Delica’s
con una mujer que trabaja con él. No sé lo que habrá entre ellos, y nadie ha
podido decirme nada. Lo único que sé con toda seguridad es que ya no me desea. Yo
me encargué de matar todo lo que una vez sintió por mí.
—¿Cómo
puedes estar segura si no le has dicho lo que sientes? —le preguntó Lali en
tono razonable.
—Lo sé,
¿ok? No hace más que ignorar mis señales.
—¿Qué
señales? ¿Señales de humo? —bromeó Lali—. Dale, Mery. Es un hombre. Tienes que
ser directa.
María
sacudió la cabeza.
—Le
pregunté si extrañaba lo que habíamos tenido y me dio a entender que no. No
puedo ser más clara y hacer que se ría de mí.
—Puede
que no se ría de ti, ahora que han pasado tanto tiempo juntos —observó Lali—.
Las relaciones cambian, igual que las personas. Con el tiempo se empiezan a ver
las cosas de otra forma, y lo que una vez fue cierto puede que ya no lo sea. De
cualquier manera, no lo sabrás a menos que hables con él sobre esto.
María
deseaba creerle. Volvió a alargar la mano hacia la factura y se dio cuenta de
que sólo quedaban unas migajas en el plato.
—Ha
seguido adelante con su vida —insistió—. Fue él quien quiso el divorcio. Todo
el mundo cree que yo lo dejé, pero no fue así. Me dejó él.
—¿Ha
vuelto a casarse?
—Claro
que no —respondió María con indignación—. Jamás se me ocurriría meterme con un hombre
casado —frunció el ceño al ver la expresión dubitativa de Lali—. Nicolás no
estaba casado con Eugenia cuando intenté seducirlo. ¿Por qué todo el mundo
sigue pensando lo mismo? Estaban divorciados.
—Está bien,
pero ahora no estamos hablando de eso, sino de ti y de Sebastián —dijo Lali—.
¿Crees que está saliendo con alguien? ¿Con esa mujer del trabajo, tal vez?
—No estoy
segura. Puede ser.
—Y sin
embargo va a pasar navidad contigo —señaló Lali—. ¿Qué importa que haya salido algunas
veces con esa mujer? No puede ir en serio con ella si piensa dedicarte a ti las
vacaciones. Ninguna pareja estable lo aceptaría. Y eso me dice que aún no ha
llegado al punto sin retorno. Si realmente quieres recuperarlo, si piensas que
el divorcio fue una equivocación, vas a tener que arriesgarte y decirle lo que
de verdad sientes.
A pesar
de ser totalmente sincera y directa en el trabajo, María apenas tenía
experiencia con esa clase de riesgos en su vida personal. Sólo se había arriesgado
con Nicolás, y el resultado saltaba a la vista. Todo el lugar se había reído de
ella a sus espaldas.
—¿Alguna
vez tú lo hiciste? —le preguntó a Lali.
—Hace
muy poco —admitió ella, sonriendo con expresión avergonzada.
—¿Y
cómo te fue?
—No muy
bien, la verdad.
María
la miró asustada.
—No es
la clase de apoyo que estaba esperando.
—Bueno,
al menos sirvió para abrir una vía de comunicación. Y me recordó algo que mi
madre solía decirme… Si algo vale la pena, vale la pena luchar por ello.
Aquellas
palabras tan familiares le llegaron hasta lo más profundo a María. ¿Cuántas
veces se había dicho eso mismo cuando luchaba por dejar atrás el infierno de su
infancia? Había luchado sin descanso a lo largo de los años, pero, por alguna
razón, había dejado de hacerlo precisamente cuando más importaba el objetivo.
Acabó
su té y se levantó.
—Muchas
gracias —le dijo a Lali, dándole un fuerte abrazo.
—Lo
único que hice fue escucharte.
—No.
Has sido una amiga cuando más lo necesitaba —le aseguró María—. No te imaginas cuánto
significa para mí. ¿Qué te parece si vamos a celebrar en mi casa después de
iluminar el árbol? Espero contar con tu presencia. Y tráete a Peter.
—Me
encantaría —dijo Lali—. Hablo con él y te aviso.
—No es
necesario. Si pueden ir, no hace falta que me avises.
—¿Va a
estar Sebastián?
—Ésa es
la idea —dijo María. Sabía que podía contar con él. Era el hombre más digno de
confianza que había conocido.
Pero si
le confesaba todo lo que estaba sintiendo por él, lo más probable era que
pusiera una barrera entre ellos y pasara las navidades tan lejos de Monte
Grande, y de ella, como le fuera posible.
pobre sita maria me da un nose qe espero qe termine de nuevo junto a sebastian :$
ResponderEliminarPobre maria espero que pueda volver a reconstruir su relación con sebastian y lali más buena imposilbe escuchandola y dandole consejos ♥
ResponderEliminarQué bueno que Lali le esté dando apoyo a Mary. Ojalá las poderosas notaran que Mary realmente necesita de amigas, al fin y al cabo si Nico y Euge estaban divorciados no hubo adulterio, a parte tampoco pasó nada.
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
Pobrecita Maria :( ojala eso se pueda arreglar <3 que tierna Laliii ME ENCANTO el cap, MUCHAS GRACIAS por publicar nove y avisarme!!!!!!!!!!! MAS NOVE POR FAS @LuciaVega14
ResponderEliminarcreo que no hay nada mejor que defina la situacion de Maria que la cancion de Pablo Alboran, TANTO. Nunca valoramos lo que tenemos, nunca observamos a quien tenemos ni lo que tenemos solo nos damos cuenta de lo que nos falta o a quien no tenemos junto a nosotros... ese es el gran error del ser humano, no ser agradecido por lo que la vida nos da.
ResponderEliminary bueno, a Lali no le salio tan mal, simplemente que lo dijo de una manera equivocada, pero al final salio ganando =)
el capitulo me ha pillao hoy entre melaconlica y filosofica jajaja XD espero mas nove! TQ muchisimos MUACKS <3
MAAAS NOVEELaaa.. POBRE MERY, ME DA LASTIMA, espero que vuelva con sebastian
ResponderEliminarPobre maria,y q bueno q lali la apoye!Nos leemos!
ResponderEliminarno es tan mala maria jajaja ya me cae bien, lejitooos de peter...
ResponderEliminarlali es un amor..
espero mas noveeeeeeeeeeee!!!!!
Me encanta la novela,Dios!
ResponderEliminarMe da lastima Maria:( Aunque estoy muy feliz que Lali la apoye despues de todo:) Sube mas please!
Psd.Acabo de empesar a adaptar una novela Laliter en mi blog, me recominedas? te lo agradeceria muchisisisimo!
Besos♥
Que bueno k LALI haya sido un gran apoyo para Maria.
ResponderEliminarMuy triste lo de Maria pero logro desahogarse k es lo importante.
ME ENCANTOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
MASSSSSSSSSSSSSSSSS
Me encanta!!! Más!!
ResponderEliminarY voy a seguir con 50 sombras!!
Me alegro que maria alla contado con la ayuda de Lali y este intentando de arreglar su relación con sebastian! :)
ResponderEliminarQuiero mas! Muy buena nove :)
es un amor lali
ResponderEliminarquiero una amiga como ella
beso
pobree maariaa!! quiero leer massss amiguita! gracias por tu comentario en la nove!! te mando un beso enorme y te extraño!!
ResponderEliminarte quiero!
faty***
Naa yo creo que Sebastian la enteenderia, pero debe ser complicado para Maria tmb!
ResponderEliminarEspeero mas, besotees :)
Arii - @AriadnaAyelen
pobre mery :(
ResponderEliminarmaaasss♥
bueno yo aviso MERY X SABASTIAN Y LALI X PETER y como no vas a acabar en la carcel ... o yo ¬¬ ES BROMA ay pobre mery pero que buena a sido lali bueno mas nove
ResponderEliminarSOFICUCHI
Poco a poco Maria se esta sacando el papel de odiosa ajja! se enamoro de vuelta de su marido y espero que se lo confiese! no veo la hora de leer la nove y quien sabe.. la cena y espero el acercamiento laliter! Besos! espero mas! Giu
ResponderEliminar