domingo, 2 de marzo de 2014

Capítulo 25


Twitter: @Caparatodos
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Lali se lo quedó mirando unos segundos antes de correr para alcanzarlo, llena de alivio.

Capítulo 25:

—Y, ¿cómo está Rafael? —preguntó, más por oír el sonido de una voz humana que por saber la respuesta.

—Bien —contestó Peter. Era la tercera palabra que decía en veinte minutos. Las otras dos habían sido «sí» y «no», como respuesta a dos preguntas directas. Lali se dio por vencida y se puso a contemplar el paisaje. O eso, o se ponía a mirar a Peter y, para su asombro, se encontró con que la ponía nerviosa mirar a Peter, así que trató de apartar los ojos de él.
Era un conductor maravilloso.

Lali admiraba de verdad a los buenos conductores, en parte por lo mal que ella manejaba. Daba igual los esfuerzos que hiciera por concentrarse, pasados unos cinco minutos siempre encontraba algo mucho más interesante en lo que pensar que no tenía nada que ver con los semáforos en verde o rojo o quién debía cederle el paso a quién. Pero Peter estaba concentrado y relajado, y hacía los cambios como si tocara un instrumento musical. «El Beethoven de las Camionetas», pensó con ironía.
Tal vez no fuera muy hablador, pero era un verdadero as al volante.

No era normal que Lali apreciara si hombre manejaba bien o no, o que tuviera manos fuertes o piernas largas. Aunque era perfectamente consciente del hombre alto, guapo y silencioso que iba sentado a su lado y, por mucho que lo intentara, no lograba saber por qué.

Claramente, no podía ser por que tuviera una conversación maravillosa, que era lo que normalmente le atraía de los hombres. Hasta ahora habría jurado que tenía todas las hormonas sexuales en la cabeza. Las tres relaciones que había tenido empezaron porque descubrió que compartían los mismos gustos literarios, o porque tenía alguna razón interesante para no hacerlo, o porque se trataba de un conversador ingenioso o la hacía reír.

Nunca porque sus fuertes manos, que tenían una ligera película de pelo negro en el dorso, descansaran con facilidad y elegancia sobre el volante, ni porque los músculos de su antebrazo se movieran de manera fascinante cada vez que realizaba los cambios, o porque cuando pisaba el embrague se le marcaran los músculos que iban desde la rodilla hasta la ingle... Lali alejó la cabeza rápidamente y se quedó mirando sin ver por la ventana.

Definitivamente, algo le pasaba. El estrés la estaba volviendo loca; o eso, o el silencio era lo que la volvía loca. No estaba acostumbrada al silencio. Puede que si hablara con él se rompiera el extraño hechizo bajo el que estaba.

—¿Falta mucho?
Peter la miró brevemente.

—Ya estamos.
Lali lo miró fijamente.

—¿Ah, sí? —Observó a su alrededor. No veía nada que no fuera lo que estaba viendo desde hacía media hora: árboles, pasto, árboles, pasto y más árboles.

—Hace unos diez minutos que estamos dentro de Doble C —dijo Peter. Cierto, ahora que lo mencionaba podía ver vallas perfectamente ordenadas, paralelas a la carretera y que, a lo lejos, bordeaban las montañas. Las vallas delimitaban un terreno exactamente igual al que llevaban media hora atravesando. Lali era incapaz de ver la diferencia entre la parte vallada y la parte sin vallas.

—¡Hey! —dijo de repente, apretando la nariz con emoción contra la ventana de la camioneta—. ¡Caballos! —Se giró para mirar a Peter con imágenes románticas rondándole la cabeza—. ¿Crees que son salvajes?

—No —dijo Peter, reduciendo la velocidad—. Son míos.

—Ah. —Lali observó a los maravillosos animales. Había al menos cuarenta de ellos trotando con gracia en una llanura, y sintió una extraña punzada de decepción—. Supongo que los salvajes sólo existen en las películas.

—De hecho —dijo Peter, girando por un amplio camino de piedra—, se encuentran sobre todo en otros países de américa. Ya llegamos.

Había tanto que ver, y todo extraño para ella, que Lali tardó unos minutos en decidir qué le parecía. La valla aquí era blanca y encerraba unos edificios grandes y recién pintados, así como áreas circulares llenas de arena. Lali había leído suficientes libros como para reconocer los establos y los picaderos. ¿O en Fiambalá se les llamaba corrales?

Había diez o doce hombres trabajando laboriosamente; unos cuantos rastrillaban el suelo, varios de ellos llevaban a los caballos de lo que parecía una sola rienda larga y otros pocos montaban a caballo. Daba la impresión de ser un negocio próspero y ajetreado.

Peter aminoró la velocidad de la furgoneta y se acercaron a lo que Lali, en un principio, pensó que era una formación geológica. Hasta que volvió a mirarlo. No conocía ninguna formación geológica rectangular y hecha de madera.

—¿Qué es eso? —preguntó, agitando la mano hacia la... cosa a la que se acercaban.

—La casa. —Peter giró y detuvo la camioneta bajo garaje enorme como un edificio. La casa también era enorme y parecía haber sido diseñada por la NASA. Lali se preguntó si sería uno de esos edificios con clima propio.

—¿Y quién construyó la casa? —Alejando la mirada del gigantesco edificio y miró a Peter—. ¿Dios?

—Mi tatarabuelo. —Rodeó la camioneta y se acercó a abrirle la puerta a Lali, a la que agarró del codo hasta que estuvo a salvo.
Lali le sonrió.

—Debió de tirar todo un bosque para construirlo.

—A mi abuelo le gustaba tener espacio suficiente para moverse. —Sus ojos eran indescifrables.

—Eso parece. Seguro que se ve desde el espacio, como la Gran Muralla China.
Lali salió del garaje un segundo y miró a su alrededor. Desde donde estaba tenía que mover la cabeza para abarcar el edificio entero con los ojos, pues era más grande que su campo de visión.

—Menos mal que lo construyó antes de que se crearan las organizaciones para proteger el medio ambiente, porque lo habrían encarcelado por destruir un ecosistema completo. ¿Para qué necesitaba tanto espacio?
Peter se encogió de hombros.

—Cuando mi tatarabuelo emigró de Irlanda, siendo un niño, era muy pobre. Juró que crearía una dinastía cuando hiciera su fortuna. Era el último de doce hermanos y quería tener doce hijos que, a su vez, tuvieran doce hijos cada uno. Y quería que todos ellos vivieran bajo el mismo techo.

—Eso haría 144 personas de la generación de tu abuelo —dijo Lali, tratando de hacer los cálculos mentalmente—. Y de la tuya serían, serían...

—Veinte mil setecientos treinta y seis.

—Wow... —Lali observó la casa totalmente sorprendida—. A lo mejor algunos de los primos lejanos deberían quedarse en un hotel. Menos mal que se inventó el control de natalidad antes de eso. ¿Entonces, cuántos Lanzani viven aquí ahora mismo?

—Sólo yo —dijo Peter.

—¿Sólo tú?
Vio que ahogaba un suspiro.

—Sí.

—¿Ni siquiera hay un primo o dos perdidos en algún lugar de la casa?

—Nop. —Peter cambió el peso de un pie al otro. Debía de ser el lenguaje corporal para expresar vergüenza—. Mi tatarabuelo tuvo un único hijo hombre, mi bisabuelo tuvo un único hijo hombre, mi abuelo tuvo sólo un hijo hombre y mi padre...

—Espera —dijo Lali—. Déjame adivinarlo: tuvo sólo un hijo hombre. Tú.

—Bingo. —Puso la mano en el codo de ella—. Vamos.
Entraron en una cocina que era exactamente igual de grande que el salón de baile las películas antiguas.

Era el ejemplo perfecto del dicho aquel de «si vale la pena hacer algo, mejor hacerlo doble». Había dos chimeneas lo suficientemente grandes como para cocinar dos vacas enteras y dos hornos en los que se podían asar niños enteros. Una mesa de caballete lo suficientemente larga como para patinar sobre ella atravesaba la cocina. Lali apenas tuvo tiempo verla completa, porque Peter había vuelto a agarrarla fuertemente del brazo y parecía querer llevarla por toda la casa, por pasillos interminables, antiguos y oscuros desde los que divisó varias habitaciones grandes, antiguas y oscuras. Tras un par de kilómetros, Peter se detuvo por fin para abrir una enorme puerta de madera y le puso una mano en la espalda.

Lali miró la puerta y entró con paso vacilante, sin saber muy bien qué habría dentro.


Continuará…

8 comentarios:

  1. Espero el proximo!
    Flor..

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  2. Lina (@Lina_AR12)2 de marzo de 2014, 14:00

    Parece q Peter tiene un palacio para él solo,quisiera ya entender q lo une a Rafael,por q esta solo,y tantas cosas más!

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  3. me gusto el capítulo!!! Espero le proximo!

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  4. muchas preguntas sin resolver,mas capi

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  5. Van entrando en confianza jajajaja

    quiero massssssssssss PD: te extraño amigaaa

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  6. que pase algo entre ellosss! mas nove

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  7. Uf lo que me costo abrir el link de la nove hoy, ni se imaginan!
    Me encanta la historia.
    Quiero mas!
    Lore

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