martes, 25 de marzo de 2014

Capítulo 51


Twitter: @Caparatodos
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Se enteró de que había algo llamado el «síndrome del nido vacío», que Nadia Castillo lo padecía y que Beatriz Valle lo había pasado también, hacía tiempo; también supo que Santiago Prado seguía deprimido por la muerte de su esposa. Al escucharla hablar de la gente con la que él había crecido, se quedó sorprendido y algo triste. ¿Por qué a él nadie le decía nunca nada?

¿Dónde había estado él mientras sucedía todo aquello?

Capítulo 51:

Al cabo de un rato, mientras Peter la llevaba a través de ese desierto, Lali pensó que no le hablaba porque era una mujer. Se pasó el viaje mirando fugazmente su duro y marcado rostro hasta que al final decidió que probablemente hablara igual de poco con los hombres.

No era la primera vez que se le ocurría que sabía de su cuerpo mucho más de lo que sabía sobre sus pensamientos. Era la relación más intensa que hubiera tenido nunca, pero era incapaz de hacerlo abrir la boca.

Normalmente no obligaba a nadie a que le hablara si no quería. Bueno, perfecto, prefería hablar a estar callada, pero aun así... había que respetar las decisiones de la gente. Pese a que fuera incapaz de comprender esas decisiones.

Pero ahora estaban fuera, al aire libre. Allí no había nadie, sólo grandes extensiones de tierra. Y luego, peor aún, a unos pocos kilómetros de Fiambalá el paisaje cambiaba y atravesaron el corazón de un bosque donde los árboles, altos y espantosamente oscuros, bloqueaban el sol.
Él paisaje estaba tan vacío como su alma; como su vida.

Su vida. Lali se esforzó por no pensar en qué iba a ser de su vida. Más tarde. Después del juicio, si lograba llegar. No tendría una vida a la que volver.
Si es que volvía.

Sabía muy bien que su trabajo no le estaría esperando para cuando volviera. Sí, si el gobierno le diera la suficiente importancia, la compañía tal vez no la echara, pero le dejarían algún puesto de poca importancia, y no el de editora al que había conseguido llegar.

En el mundo de los negocios, nadie deja un agujero al irse. Las empresas eran como el océano: las olas cubrían los espacios vacíos, de manera que nunca sabrías si ahí había habido alguien.

Federico Fellini tenía otra familia ahora y, mientras le dieran raciones generosas y nadie lo molestara, estaría feliz de la vida. Jerónimo y Candela se acordarían de ella los sábados por la mañana, pero ya está. No había ningún hueco vacío en Buenos Aires esperando a que ella llegara a llenarlo. No había estado allí el tiempo suficiente para echar raíces. De hecho, nunca había estado el tiempo suficiente para echar raíces en ningún lado, pensó Lali con tristeza.
Para bien o para mal, la vida que tenía en Fiambalá era su vida ahora.

Se estremeció y apenas notó que Peter se agachaba para encender la calefacción. No tenía frío fuera, sino dentro de su cuerpo. Se sentía fría, miserable y sola.

¿Quién sabía cuántos tipos la perseguían para matarla? Héctor Lavalle siempre intentaba tranquilizarla cuando llamaba, pero sabía que estaba preocupado. Preocupado por el caso, por el testimonio. Preocupado por que no lo lograra.
Bueno, ella también lo estaba.

Aun así, seguro que mientras estaba en un auto en movimiento, y con Peter, estaba a salvo. No necesitaba mirar el timón para saber que tenía manos grandes y competentes. Para saber que era alto y fuerte. Que parecía saber muy bien qué hacer en cualquier situación.

Si se les bajara una llanta seguramente fuera capaz de levantar el auto con una soga que mantuviera entre los dientes y cambiar la rueda mientras ahuyentaba a los delincuentes. Después de todo, era un soldado entrenado. Y para colmo, había un arma en la camioneta y Peter había dicho que sabía cómo usarla.
Claro que también había dicho que prefería los cuchillos.

Lali se estremeció al darse cuenta de la dirección que habían tomado sus pensamientos. Se sentía completamente sola y perdida, fuera de su zona de seguridad. ¿Qué hacía allí? En un sitio donde era una extraña, en el sentido más literal de la palabra. Quería deshacerse de esas ideas negras y amargas, pero no sabía cómo hacerlo; no tenía ni una buena película, ni un buen libro. Ni siquiera tenía whisky.

Lo único que tenía era a Peter; bastante bueno para deshacerse de los pensamientos amargos por las noches, por cierto. Pero ahora, a plena luz del día, no podía acostarse con él, al menos no mientras estuviera conduciendo. Así que tenía que hablarle.

—¿Peter?

—¿Si?

—Háblame. —Lali podía oír la nota de melancolía de su voz.

—¿Que te hable? —Y la tensión en la voz de Peter—. ¿De qué quieres que te hable?

—Cuéntame... cuéntame qué es eso de la Maldición de los Lanzani —dijo.

—Mierda. Perdón. —Peter apretó los nudillos en el volante hasta que se volvieron blancos—. ¿De dónde sacaste eso?

—Oh —dijo con cautela—... De por ahí.

—No es nada. —Peter hablaba en voz baja y tensa—. Es una leyenda estúpida.

—¿Sobre qué? —Al ver que guardaba silencio, repitió la pregunta con voz suave—: ¿Qué dice esa estúpida leyenda, Peter?

El silencio se prolongó hasta que quedó claro que no iba a contestarle. Le había hecho la pregunta dos veces; no sería educado hacerlo una tercera vez. Estaba formulando un comentario sobre algo neutral, algo que Peter no viera como una amenaza, tal vez algo inanimado, cuando oyó su gruñido:

—¿Qué quieres saber?
No le gustaba hablar de ello; pero le estaba hablando, y eso era mucho mejor que el silencio.

—Bueno... ¿qué es? A ver, está claro que es una maldición y que afecta a tu familia, puesto que es la Maldición de los Lanzani, y no la de los Pérez o la de los Valle. Debe de ser fascinante tener una maldición familiar —dijo con sinceridad—. Gozan de un pedigrí literario impecable. Como en El fantasma de Canterville. —Se giró hacia Peter y le sonrió—. Piensa que es parte de una arraigada tradición literaria.
Creyó haber oído un pequeño suspiro.

—Ehh —dijo, y se detuvo.

—¿Peter? —dijo después de un minuto entero—. ¿Sigues ahí?

Continuará…

16 comentarios:

  1. otroooooo.. porfavor que me encantaaa

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  2. maaaassss
    @x_ferreyra07

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  3. Pobre lali, pero con peter esta mejor protegida que nuca.
    Mas novee

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  4. Jajajajajajaka buen capitulo, ojala Peter mejore y hable, se esprese un poquitin mas! !!!!!! Amo la nove y a los personajes jajajaja

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  5. Finally jajajaja Será que se revela el misterio?
    Hace como un mes que te corro con esto Vami, ya va haciendo hora, eh!

    Quiero más!
    Lore

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  6. Pobre Lali, pero que se quede tranquila que Peter la va a proteger SIEMPRE!!
    Espero el proximo!

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  7. Más!! me encanta!! Ella desesperada pro que le hable y él que no se puede contener jaj a!

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  8. Me encanta! esto es adictivo! espero el proximo capi!Besos.

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  9. Lali adora las maldiciones jajajaj parece ser fan de ellas, como que la divierte. Espero que cuando la conozca siga pensando lo mismo y se divierta y no se la tome en serio

    espero mas noveeeee

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  10. me encanto y lali emocionada con lo de la maldicon,peter habla un poquito mas

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  11. Jajajajaj,a Lali le salió la vena editora.

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